Portugal respeta su pacto con el pasado
Fotos: Juan Girón Roger. En Portugal se puede notar ese hilo invisible que asocia a ciertos países y ciudades con sus raíces pasadas. Así como las renovaciones promovidas por las tendencias modernas tienden a arrasar el espíritu de los lugares como lo haría una apisonadora, en el país vecino se cultiva ese sabor de antaño que, entre nosotros, se va perdiendo cada vez más deprisa. Parecen resonar, en tono de fado , aquellas estrofas de la canción de Helenita Vargas , " Amarraditos ", con la malograda María Dolores Pradera : " No se estila, ya sé que no se estila, que te pongas para cenar, jazmines en el hojal.. ." Y Oporto no es excepción a esta regla lusitana. Establecimientos añejos ven pasar los años sin pestañear: artesanos de las escobas artesanas; antiguas papelerías que no han cambiado desde comienzos del pasado siglo y ahora venden productos de diseño sobre mostradores de madera maciza; ultramarinos que rebosan especialidades locales tales como botellas