Nikola Tesla: un visionario que acabó en números rojos
Fotos: Juan Girón Roger. La criatura vino al mundo en la madrugada del 9 al 10 de julio de 1856 en medio de una tormenta eléctrica que hacía temblar la casa familiar con su aparato de rayos, relámpagos, truenos y centellas. ¿Acaso fue un presagio de lo que le esperaba al chico? Lo cierto es que se cuenta que la comadrona, que era muy supersticiosa y veía en la tormenta un signo de mal augurio, afirmó “ ¡Este niño será un hijo de las tinieblas! ”, a lo que su madre replicó: “ ¡Será un hijo de la luz! ”. Estamos en el Imperio Austro-Húngaro, en Croacia y la familia profesa la fe ortodoxa serbia. Nikola es un muchacho espabilado, cuarto de una familia de cinco hermanos, y sobre todo con una insaciable sed de saber y una curiosidad permanente sobre el porqué de las cosas. Con solo tres años, cuando acariciaba el lomo de su gato y se sorprende de unas chispas de electricidad estática producidas por esa fricción. Su padre le descubre, sin mayores explicaciones científicas, que e