Nikola Tesla: un visionario que acabó en números rojos
Fotos: Juan Girón Roger.
La criatura vino al mundo en la madrugada del 9 al 10 de julio de 1856 en medio de una tormenta eléctrica que hacía temblar la casa familiar con su aparato de rayos, relámpagos, truenos y centellas. ¿Acaso fue un presagio de lo que le esperaba al chico? Lo cierto es que se cuenta que la comadrona, que era muy supersticiosa y veía en la tormenta un signo de mal augurio, afirmó “¡Este niño será un hijo de las tinieblas!”, a lo que su madre replicó: “¡Será un hijo de la luz!”.
Estamos en el Imperio Austro-Húngaro, en Croacia y la familia profesa la fe ortodoxa serbia. Nikola es un muchacho espabilado, cuarto de una familia de cinco hermanos, y sobre todo con una insaciable sed de saber y una curiosidad permanente sobre el porqué de las cosas. Con solo tres años, cuando acariciaba el lomo de su gato y se sorprende de unas chispas de electricidad estática producidas por esa fricción. Su padre le descubre, sin mayores explicaciones científicas, que el fenómeno “se debe a la electricidad”. Esos fueron los primeros pasos de Nikola Tesla, un genio, un sabio destacado de su tiempo, pero también un mediocre hombre de negocios. Tenía una portentosa visión científica que llegaba a crear en su cabeza ingenios y proyectos en tres dimensiones, pero se quedaba corto en la visión de los negocios y los acuerdos comerciales. Y no fue porque de desentendiera de ese aspecto, sino porque sus competidores le fueron hostiles y, al fin y al cabo, él no era norteamericano. Pero vayamos por partes.
Toda esta historia se puede conocer de primera mano asistiendo a la exhaustiva exposición organizada por CaixaForum en Madrid, “Nikola Tesla, el genio de la electricidad moderna”, que acaba de inaugurarse (#CaixaForumTesla).
Nikola Tesla estudió ingeniería y física y a finales del siglo XIX ya estaba trabajando en la central telefónica de Budapest. En esos días, un atardecer que se paseaba con un amigo, charlando y recitando fragmentos del “Fausto” de Goethe –nada que ver con las actividades que hoy vemos que practican nuestros jóvenes- , tuvo una de esas visiones y con un bastón trazó en la tierra del parque el modelo de un motor de inducción, es decir, el desarrollo de un circuito de corriente alterna que generaba un campo magnético como fuerza conductora. Trabajó después para la compañía de Edison en Europa y allí desarrolló un motor de inducción en forma de disco basado en un campo magnético rotativo con corriente alterna polifásica que dejaba atrás el tipo de motores eléctricos con conmutador, escobillas y alimentados con corriente continua. Era un gran hallazgo, pero Tesla no consiguió que ningún inversor dedicase ni un céntimo al invento.
Muy desilusionado, pensó que no le quedaba más remedio que dejar la Vieja Europa y zarpar rumbo al Nuevo Mundo, hacer las Américas. Con la ayuda financiera de su familia, compra un pasaje para Nueva York en el buque City of Richmond en 1884. A bordo se reproduce un microcosmos de la realidad de aquellos años: le roban sus maletas y el dinero que había podido reunir. Un motín en el barco, llega a poner en peligro su vida. Pero Tesla no arroja la toalla. Llega a Nueva York y empieza desde cero. Consigue trabajar en Edison Machine Works, otra compañía del poderoso inventor Thomas Alva Edison que, con el tiempo, resultaría no ser el mejor aliado posible. Edison prometió a Tesla 50.000 dólares si lograba mejorar el alumbrado de la ciudad de Nueva York que en la época se alimentaba de corriente continua. Tesla logra perfeccionar ampliamente las prestaciones de las dinamos utilizadas para la iluminación, pero Edison incumple su promesa y deja sin la recompensa pactada a Tesla. Éste se lo toma como una afrenta personal, dimite y se pone a trabajar por su cuenta. Por desgracia, las cosas le van tan mal y él tiene que pagar facturas por lo que durante un periodo de tiempo se ve obligado a aceptar el trabajo de cavar zanjas para la empresa de Edison por dos dólares al día. Un amargo trago para Tesla que no lo ayudó a reafirmarse en aquel territorio hostil.
Thomas Edison, jefe durante algún tiempo y rival permanente de Tesla.
Los reveses profesionales se suceden. Tesla cae en la depresión, pero su ingenio creador no se resiente y continúa trabajando en perfeccionar el motor de inducción y además en desarrollar todas las posibilidades de la corriente alterna, trabajo por el que se le reconocerá mundialmente. Nikola Tesla registró a lo largo de su vida nada menos que cerca de 300 patentes y dejó más de un millar de croquis e ideas.
Modelo Tesla de transmisión inalámbrica de energía.
Fue en 1893 cuando Tesla pudo saborear las mieles del éxito. En la Exposición Universal Colombina de Chicago, para conmemorar el cuarto centenario del descubrimiento de América, la electricidad es el tema central del evento: “El mundo del mañana” es el eslogan de la Exposición Universal. Westinghouse Electric obtiene el contrato para proveer de energía al evento con 12 generadores bifásicos Tesla. Se llamó a aquel periodo la “Batalla de las Corrientes” ( corriente alterna contra corriente continua, es decir Tesla/Westinghouse contra Edison)). Nikola se sirve de la visibilidad que le da la Exposición Universal para levantar la imagen de la corriente alterna, bastante maltrecha por los comentarios de sus adversarios y competidores; Tesla se expone a corrientes de alto voltaje y baja intensidad que atraviesan su cuerpo sin causarle daño, también perfecciona los tubos fluorescentes –aunque no los había inventado él- y contribuye a convertir las luces de neón en el símbolo del progreso y la modernidad.
Tesla y Westinghouse habían ganado aquella batalla. Pero la guerra seguía adelante. Edison despliega sus amplios recursos y lanza una campaña de desprestigio contra la corriente alterna, propone que se use para electrocutar reos condenados a la pena capital y llega hasta a organizar electrocuciones públicas de animales (perros, un caballo) para meter el miedo en el cuerpo de la gente y persuadir a la opinión pública de que la corriente alterna era una peligrosa amenaza y podía electrocutar personas y "mandarlas al otro barrio". Algo muy diferente al beatífico Edison que cantaba “María tenía un corderito” en 1927 para demostrar cómo había grabado por primera vez sonido en 1877, una grabación original que se perdió.
Sin embargo, en 1893, la central hidroeléctrica del Niágara le fue adjudicada a Westinghouse Electric que, con el sistema de Tesla, logra iluminar la ciudad de Buffalo a 32 kilómetros de la central. Habían conseguido generar electricidad a partir de la gravedad. La Guerra de las Corrientes ya tenía dos ganadores, uno de ellos era Nikola Tesla, y el otro, George Westinghouse.
“No me importa que me roben mis ideas”, dijo una vez Tesla. “¡Lo que me importa es que a ellos no se les ocurra ninguna!”
Éste es el oscilador mecánico, conocido como "máquina para producir terremotos".
Tesla obtuvo algunas de las primeras imágenes de rayos-X (“sombrografías”) antes de que Roentgen anunciase el descubrimiento de los rayos-X. En 1891, patentó la bobina Tesla, un circuito de inducción eléctrica resonante que servirá para estudiar la transmisión de energía y señales a distancia sin cables. Otros hallazgos fueron el helicóptero-avión capaz de despegar y aterrizar verticalmente; el oscilador mecánico o “máquina para generar terremotos”; el teslascopio para detectar vida extraterrestre; la escala de Jacob para descargar un plasma a alta temperatura en sentido ascendente; los precursores de los mandos a distancia para aparatos eléctricos; la torre Wardenclyffe, un generador gigante en Long Island , para la transmisión inalámbrica de energía ( este proyecto, financiado por JP Morgan, fue aventajado por Marconi que se adelantó transmitiendo una señal desde Gran Bretaña hasta Terranova , con lo que JP Morgan retira su financiación y provoca que a Tesla le lluevan las facturas, se declare en bancarrota y muera en la ruina).
Transformador electrónico Tesla de 2 MV de tensión de salida.
Antecedente de los mandos a distancia ideado por Nikola Tesla.
Nikola Tesla se preocupó por la energía. En los años 20 del pasado siglo, propugnó que se ahorrase, que se moderase su consumo y aconsejó que se buscasen nuevas fuentes de energía renovable.
Una invención muy particular fue el cañón electromagnético bautizado como “el rayo de la muerte”, un arma defensiva que acabaría con todas la guerras. Llegó a firmar un contrato con la URSS para dotarlos de esa protección a través de una denominada tele fuerza que cargaba partículas metálicas a millones de voltios y los dirigía a un objeto determinado a través de la repulsión electrostática. Poco después, en la primavera de 1937, Tesla sufriría un "sospechoso" accidente de tráfico –un taxi lo atropelló a medianoche cerca de su hotel- y como el inventor de 81 años se negó a ir al hospital, nunca se recuperaría de aquel atropello.
Acelerador electromagnético que demuestra que el "rayo de la muerte" de Tesla, que nunca llegó a desarrollar, era perfectamente factible desde el punto de vista tecnológico.
De 1900 hasta 1934 había vivido a salto de mata, siendo invitado a dejar los hoteles cuyas facturas ya no podía satisfacer. En 1943, Westinghouse se compadece de la situación del inventor que tantos éxitos le había aportado en días lejanos y decide sufragar sus alquileres y le pasa una pequeña pensión que le permitirá malvivir hasta el fin de sus días; se aisló de su entorno y murió solo en una habitación del New Yorker Hotel como consecuencia de una trombosis coronaria. Tenía 86 años. Era el 7 de enero de 1943.
Máscara mortuoria del inventor Nikola Tesla.
Los dejo con algunos de sus pensamientos:
“Hubo muchos días en que no sabía de dónde saldría mi próxima comida. Pero nunca me asustó trabajar”
“Un gran hombre es el que recoge conocimiento como las abejas recogen la miel y lo utiliza para ayudar a los demás a encontrar la manera de superar las dificultades que se presentan: el hambre, la ignorancia y la enfermedad”.
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