Las fotos descocadas de algunos bisabuelos
¿Costumbres licenciosas? ¿Mentalidad sin complejos? Una parte de la sociedad española de las primeras dos décadas del pasado siglo tenía una visión más abierta de su vida íntima que el resto de sus conciudadanos. El Museo Nacional de Artes Decorativas, dependiente del Ministerio de Cultura, concluyó hoy la exhibición de "Álbum de salón y alcoba. Instalación de David Trullo”. Se trata de una muestra de objetos y fotos de una pareja española de 1920-30 que los donó al museo. Al desembalar este depósito bancario, se descubrieron otras fotos ocultas en el marco de un retrato de esa pareja. Hablamos de fotografías que recogían parte de sus encuentros amorosos durante los cuales el marido se travestía e intercambiaba el papel con su esposa. Se hallaron varias copias de las instantáneas, lo que hace pensar que este matrimonio igual también se dedicaba a comercializar sus actividades a través de la venta de estas fotos íntimas. En este caso, estaríamos ante dos pornógrafos “made in Spain”.
En el museo, también se exponían hasta hoy algunos ejemplares de la llamada literatura picante e instantáneas de las que se conocían como “fotos galantes”. Estas últimas eran la materia prima de un comercio que más que clandestino, era discreto; se anunciaba en los periódicos de la época y los clientes podían encargar “fotografías interesantes” a vendedores españoles que distribuían algo de producto nacional y mucho contenido francés y escandinavo.
Composición artística de Concha Piquer.
El acceso a la fotografía - la cámara Kodak Petite de 1926 se anunciaba como idónea “para las chicas listas y modernas”- contribuyó en buena medida al auge relativo de estas imáganes, que giraban en torno al erotismo y a menudo iban más allá. Eran los tiempos de la “dictablanda” de Primo de Rivera. Tras la guerra civil, estas prácticas o desaparecieron o pasaron a la clandestinidad: las costumbres relajadas en esta materia, al menos de forma abierta, ya no tenían cabida en aquellas décadas que siguieron.
En los tiempos a los que se remonta la muestra fotográfica -anteriores a la República-, algunas parejas se caracterizaban por su liberalidad en el ámbito sexual. Era un reflejo de lo que ocurría en lo alto de la pirámide. No olvidemos que el Conde de Romanones, por encargo de del rey Alfonso XIII, introdujo en España por aquel entonces el “cine sicalíptico” (los franceses lo llamarían “cinema cochon” y, en la actualidad, nosotros lo definiríamos como “X”): testimonio de ello son las películas -restauradas recientemente por la Filmoteca valenciana- “El ministro”, “El confesor” o “Consultorio de señoras” que habían filmado los hermanos Baños en la Ciudad Condal durante los “locos años 20”.
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