Mejor el negocio que la tortura malaya.

 Malasia. Muchos habrán leído a Emilio Salgari y su “Sandokán, el tigre de Malasia”. Otros habrán leído sobre la eficacia de la “bota malaya”, una tortura que aprisionaba el pie de la víctima en una caja de madera con un torniquete y prensas que hacían polvo los huesecillos del tobillo y el pie. 

Trabajando para la revista “Dinero”, del Grupo Zeta, José Antonio Rojo y yo fuimos enviados a este país asiático en octubre de 1992. Y ni nos topamos con Sandokán ni visitamos ninguna zapatería local. Lo que sí descubrimos es que Malasia ofrecía muchas oportunidades para hacer negocios.














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