Omán: patrimonio cultural, frente a espacios de ciencia ficción.

Foto, por cortesía de noofikri de pexels.
El sultanato de Omán –calificada como “la perla de Oriente”- se perfila como un serio contendiente en la recuperación turística de los países de la zona del Golfo Arábigo. Tanto los Emiratos Árabes Unidos, como Qatar y Arabia Saudí -que ha abierto un grifo de inversiones que no parece que vaya a secarse pronto- están poniendo sobre la mesa todos sus esfuerzos para recobrar el turismo diezmado durante la pandemia y potenciarlo, como una de las formas de diversificarse y generar actividad económica a largo plazo al margen de los ingresos por hidrocarburos.
Omán tiene la ventaja de que no se ha contaminado con la presencia extranjera y mantiene su esencia y su tradición, con diversos enclaves que han sido reconocidos por la UNESCO como patrimonio de la Humanidad (los rascacielos de Dubái tienen pocas posibilidades de hacerle sombra en ese frente).
Tuve la ocasión de recorrer Omán en 2016, cuando los destinos de aquellos ciudadanos los regía el sultán Qabús, y ya entonces las autoridades del sector – como el jeque Salím ( en la foto, luciendo su daga khanjar -pronunciado janyar-), a la sazón presidente de la Cámara de Comercio omaní- apuntaban a un perfil idóneo de visitante que perteneciera al turista de calidad, con alto poder adquisitivo y escaso impacto negativo en el aspecto medioambiental, es decir, como el turista que privilegia Suiza y se logra con un eficaz criterio de selección: los precios prohibitivos. Desde 2020, el nuevo líder de Omán es un hombre educado en Oxford, Haitham bin Tarik Al Said, el máximo dirigente que se toma muy a pecho la Visión 2040, la estrategia de desarrollo económico y social del sultanato que él mismo supervisaba antes de acceder al poder pleno.
Las cifras turísticas de 2022 fueron muy buenas para Omán: 2,9 millones de turistas, lo que supone un crecimiento del 348 por ciento con respecto al año anterior. La conexión aérea entre Doha y Mascate -con la propiciada atracción de viajeros hacia Qatar que paraban en territorio omaní al inicio o al final de su recorrido- contribuyó a este crecimiento durante el Mundial de Qatar. Ahora, las miradas se dirigen a un turismo de ocio y aventura que elija Mascate (la capital), Al Kakhiliyah, Musadam y el norte de al Sharqiyah como destinos preferentes. Ya se ha puesto en marcha un macroproyecto con instalaciones vacacionales y villas respetuosas con el medio ambiente que será una realidad en 2025 y ocupará 1,5 millones de metros cuadrados.
Foto, por cortesía de Raziuddin Farooqi de pexels.
Nada que ver con el juguete dorado del príncipe de la corona saudí Mohammed Bin Salman, la mega urbe NEOM que se alza frente a las costas egipcias de Sharm el Sheikh en el Mar Rojo (un proyecto urbanístico de 500.000 millones de dólares, que tendrá una luna artificial, lagartos movidos por animatronics tipo Jurassic Park, playas que brillarán en la oscuridad y taxis voladores) que ya está levantado ampollas. Según fuentes consultadas por el rotativo británico " The Guardian", se está produciendo un desalojo masivo para liberar espacio donde ampliar esa mega urbe, y el líder de la tribu Huwaiti, que se oponía a que los obligaran a irse por la fuerza, ha sido abatido a tiros en un encontronazo con las fuerzas de seguridad.
Excelente publicidad para el viajero concienciado con el turismo sostenible, siempre que se deje aparte el respeto a los derechos humanos, claro.

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