“Descarga latina” en unos jardines madrileños.

Fotos: Juan Girón Roger.
Este fin de semana, Madrid recibió a cuatro figuras indiscutibles del panorama musical hispanoamericano. Fue en los jardines del Botánico de la Universidad Complutense. Comenzó con Gaby Jurado, una joven intérprete guatemalteca, que ofrece un repertorio en español, pero también en inglés de un estilo que daría en llamar Tex-Mex. Tiene una voz prodigiosa y sus letras y músicas son muy originales: “Qué voy a hacer”, “Juegos y miedos”, “Escondidos”, “Tranvía”.
En 2013 obtuvo el premio Grammy Latino al mejor nuevo artista. Gaby -entre lamentos de trompeta que evocaban a la banda sonora de alguna película almeriense de Ennio Morricone- actuó con mucho estilo como telonera de Rubén Blades, el poeta panameño de la salsa social.
Blades causó sensación. Cantó algunos de sus temas más emblemáticos, entre otros: “Plástico”( sobre las personas superficiales que viven de las apariencias) , “Pedro Navaja” ( para componerla, Blades se inspiró en “Mack the Knife”) ; “País portátil”( “un país no se compra si no se vende”) , “El cantante”( que él escribiera para que Héctor Lavoe cantase cómo se puede sentirse un artista cuando se acaba el espectáculo), “El padre Antonio y su monaguillo Andrés” ( homenaje a Monseñor Romero, asesinado en el Salvador), “Esa casa”( sobre la violencia de género), “Amor y control”( sobre la importancia de la familia), “Te andan buscando”(" …por tu mala maña de irte sin pagar”, que hizo famosa en los 70 junto a Willie Colón) , “Todos vuelven” ( en la que homenajeó a buen número de cantantes desaparecidos en los últimos años) ,“Plantación adentro” ( sobre los abusos sobre los esclavos negros por parte de los mayorales de las plantaciones de azúcar) y hasta se atrevió con un tema que antes inmortalizasen Fred Astaire y Frank SinatraThe way you look tonight” o “Watch what happens”, que grabara Tonny Bennett.
El sonero panameño mencionó que el día 16 de julio cumpliría 75 años ( quizá por ello a sus pies se veía la pantalla de un “teleprompter” de dimensiones respetables, por si no recordaba algún párrafo de su programa o la larga lista de agradecimientos).
La orquesta -Roberto Delgado Big Band- recuerda a aquellas grandes formaciones de los 70 y los 80, con un sonido muy potente, que a veces dificultaba la comprensión de las estrofas de Blades (aunque la audiencia se sabía las canciones de memoria y las coreaba junto a él).
Rubén Blades, llamado “el intelectual de la salsa”, comenzó a cantar en 1963 y en 1969 grabó su primer disco. Trabajó con Ray Barretto, Willie Colón( con quien grabaría “Siembra”, el álbum de salsa más vendido de la historia) , hasta que llegó a convertirse en una estrella de la mítica discográfica Fania All Stars. Si activismo político lo llevó a ser nombrado ministro de cultura de su país y se presentó a las presidenciales panameñas en 1994 ( ha declinado hacerlo en las de 2024); trabajó como actor en varias películas en Hollywood como “Depredador 2” o “Un lugar llamado milagro” y también en la serie de televisión “Fear the walking dead” ( sobre zombies devoradores de carne humana).
El fin de semana latino concluyó con la actuación de Arnaldo Antunes, el cantautor brasileño que representa la corriente de la poesía concretista – de la que antaño también formó parte nuestro Ernesto Giménez Caballero-, en la que la imagen se alía al sonido para expresar el pensamiento.
Arnaldo, que abrió su participación con “Lágrimas no mar”, posee una voz grave con la que va desgranando versos y, a continuación, rompe a cantar con lentitud, no sin escenificar algún movimiento espasmódico para subrayar sus palabras o la música del piano que ejecutaba con brillantez el joven Vitor Araújo. El cantante brasileño hace pensar en una suerte de Leonard Cohen hecho de goma.
Tras una pausa, Fito Páez -músico, compositor, pianista, director de cine y cantante, considerado como "el trovador" del rock argentino- subió al escenario con una espléndida banda de rock. La ovación de bienvenida fue atronadora. "Ahorren sus energías, las van a necesitar esta noche", prometió el cantante. Cantó sus mayores éxitos entre el fervor de la audiencia. Se trata de su gira "Amor 30 años después del amor" (que marca el lanzamiento por aquellas fechas de su disco “El amor después del amor”) que hasta incluyó una pieza sin letra próxima del rock sinfónico que él mismo dirigió. Temas como “Circo Beat”, “Yo no buscaba a nadie y te vi”, “Tercer mundo”, “Ciudad de pobres corazones”, “Al lado del camino”, “La rueda mágica”, “¡Ey!”, o “Dale alegría a mi corazón” sonaron en los jardines del Botánico desbordando el entusiasmo del respetable.
Fito agradeció a Madrid los años vividos aquí, los encuentros (conoció a su exesposa la actriz Cecilia Roth y ambos vieron nacer un hijo en esta ciudad) y el hecho de “haber muerto y haber resucitado aquí”.
Dos veladas memorables de la mano de grandes artistas del otro lado del Atlántico.

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