"La pluma tiene más filo que la espada".

 Guinea Ecuatorial es una ex colonia española que planeó sobre la conciencia de Madrid durante bastante tiempo tras su independencia en 1968. Una veces, se trataba de exigencias de Obiang Nguema en uno u otro sentido. Otras, eran los rumores de un posible golpe ( otro más en la tradición del país africano) o sencillamen te rumores de que la Legión se aprestaba a desembarcar en aquellos territorios. En 1979, corrieron esos rumores y conseguí localizar a un alto mando del ejército de Malabo mediante una llamada a lo que debía ser la única cabina telefónica de Guinea Ecuatorial, o una de las pocas existentes en aquellos días. La gestión periodística, que duró prácticamente un día entero,  recuerda a un relato de Gila: "¿Es la guerra? ¿Está el general? Que se ponga".  Los dejo con el reportaje que publicó "El Imparcial".   

 Guinea Ecuatorial dejó de ser colonia española en 1968 (los portugueses la habían colonizado en el siglo XV y los españoles accedieron al territorio en el siglo XVIII merced al Tratado del Pardo). La independencia de Guinea Ecuatorial tuvo lugar bajo la presidencia de Macías. En  1979, éste fue depuesto por su sobrino Teodoro Obiang Nguema -formado en la academia militar de Zaragoza-, que sigue dirigiendo el país hasta hoy. Los ecuatoguineanos mantienen el idioma español, pero también han dado paso al francés y al portugués como lenguas vehiculares para comunicarse con los países vecinos.  Madrid y Malabo han pasado por varias crisis, a menudo debido a la conculcación de derechos humanos, temas de refugiados políticos como el del sargento Mikó ( que trató de derrocar a Obiang, se refugió en la embajada española, fue entregado y se pasó desde 1983 hasta 1991 en un calabozo de Malabo),  así como a la exigencia por parte de Obiang de que la antigua metrópoli respaldase la divisa del país

 Angola fue un enclave estratégico en Africa. La antigua colonia de Portugal intentó acercarse a la vieja metrópoli..Jonás Savimbi se rearmaba con cargo a Washington y Chester Crocker jugaba sus cartas. La partida la perdería, como de costumbre, el pueblo africano.  Les dejo esta crónica que publiqué en 1987 en "El Quid" de Juan Pla.