"La pluma tiene más filo que la espada".

Foto de apertura por cortesía de juankokeman de Pexels. En plena Transición, el Partido Nacionalista Vasco tensaba la cuerda. Suárez hacía lo que podía por contener exigencias que podrían tener consecuencias en el delicado ecosistema político existente entonces. El PNV decidió entonces abandonar las Cortes españolas, rompiendo la baraja, por así decirlo. Corría enero de 1980. Los dejo con el reportaje que publicó el diario " El Imparcial " (" La verdad, aunque duela " era su lema) en esas fechas analizando la situación.

Foto de apertura por cortesía de taylor-brandon de Unsplash . El reconocimiento del Estado de Israel tardó en llegar en España. Hubo campañas por el lado israelí también porel lado árabe, tradicionalaliado de los intereses de España en foros internacionales. Esas campañas tenían, claro está, objetivos opuestos.Las posturas de los ejecutivos de Suárez y después de González discreparon en lo esencial. Nunca acabó de vincular ese reconocimiento a la condena de los territorios ocupados por el régimen de Tel Aviv ni al reconocimiento de que Palestina era un Estado que merecía que se cumplieran las leyes internacionales. Los dejo con dos reportajes, uno publicado a cmienzos de 1980 por el diario "El Imparcial", con declaraciones que me hizo el entonces presidente Suárez , y otro publicado años después en "Pueblo" que refería el acercamiento entre Madrid y Tel Aviv, una relación que acabaría en reconocimiento oficial del Estado sionista e intercambio de embajadores.