"La pluma tiene más filo que la espada".

Foto de apertura por cortesía de sergey-semin de Unsplash. ¿Se acuerdan de aquella guerra que enfrentó a un pesquero vigués a la Armada canadiense y hasta a la Policía Montada del Canadá? Fue la llamada " guerra del fletán ", que duró desde marzo de 1995 hasta que se cerró aquel vergonzoso capítulo en 1996. Una patrullera canadiense ametralló al buque pesquero gallego Estai y a las embarcaciones que acudieron a socorrerlo. A continuación, un buque de la Armada de Canadá y hasta efectivos de la Policía Montada de aquel país procedieron al abordaje, detuvieron a los tripulantes y a los pescadores y dejaron pudrirse en el puerto las 200 toneladas de fletán que habían pescado los españoles. La Unión Europea calificó esta acción de acto de piratería , al margen de la legislación vigente. Islandia tambien a apoyó a España, mientras que los socios de Canadá, Reino Unido e Irlanda, cerraron filas con los canadienses.Después de intensas negociaciones, en 1996, Canadá acordó no ap

Foto de apertura por cortesía de arthur-goldstein de Unsplash . En mayo de 2012, la última colonia sobre territorio europeo, Gibraltar, mandó a la Royal Navy para expulsar a pesqueros españoles de aguas de la bahía de Algeciras. Hoy día, bajo el gobierno de Pedro Sánchez, las patruleras de Marruecos entran en aguas españolas para proteger a los pescadores magrebíes. En 2005, se pidió a las autoridades españolas que hicieran algo para frenar el acoso al que las patrulleras francesas estaban sometiendo a la flota de pesca de cerco del Cantábrico. ¿Qué otro país nos falta para completar la lista de vecinos que se pasan los tratados internacionales por el Arco del Triunfo? Pues mucho hablar de la tan cacareada colaboración dentro del Arco Atlántico, pero, a la hora de la verdad, nuestros vecinos lusitanos, aliados tradicionales de los británicos, también nos enseñan los colmillos. Los dejo con el reportaje que publicó el diario " Pueblo " en 1983 sobre este tema ( y de propi

  Le llamaban " No Fish" Olsen ( Olsen, " ni hablar de peces") , porque se oponía a que los pesqueros comunitarios lanzasen sus redes en aguas noruegas. Tenía fama de intransigente. En 1996, visité el país escandinavo, gracias a los buenos haceres de su embajada en Madrid. Conocí Stavanger, una ciudad que vivía del mar; Oslo, la cuidada capital (salvo junto a la estación de ferrocarril, poblada por jóvenes de frecuentacion poco recomendable); Troms ø, la capital del Ártico, y Lofoten, donde había casas de madera multicolores y bacalaos colgados a secar fuera como aquí se extienden las sábanas ( pregunté si no les preocupaba que alguien se los llevara al pasar por allí, me respondieron que a ningún noruego se le pasaría ese pensamiento por la mente… yo me imaginé una extensión al aire libre en España , sin verjas, llena de jamones serranos colgados de un cordel y  aireándose al sol… no, está claro que nosotros no somos escandinavos ni siquiera en las ideas). Tam