"La pluma tiene más filo que la espada".

Recuerdo que en mis años mozos, los chavales algo mayores que yo leían con fruición las novelas gráficas de " Hazañas Bélicas " ( siempre llamamos a estas publicaciones tebeos, aunque no eran el TBO del que heredaron el nombre). Yo, aunque mi abuela me obsequiaba a veces con números de " Vidas ejemplares ", prefería los tebeos de " Zarpa de acero ", " Rip Kirby ", " Mandrake " o " Supermán " ( este último en cuadernos a todo color de la editorial mexicana Novaro, que en una época se prohibieron en España y tuve oportunidad de agenciarme algunos ejemplares en portugués durante un viaje con mis padres a Lisboa: decían que se había prohibido por estos pagos debido al accidente mortal de un niño que, al seguir la serie de que emitía TVE, habría saltado por el balcón; nunca supe si era realidad o leyenda urbana). El caso es que de " Hazañas Bélicas " yo sólo sabía que las protagonizaba el sargento Gorila , un militar

 Vigo celebró su fiesta de independencia frente a la invasión napoleónica. Es el equivalente a las fiestas del 2 de Mayo en Madrid, aunque éstas últimas se vienen tiñendo últimamente de cierto "buenismo" que llega a justificar la invasión extranjera por un afán napoleónico de traernos la modernidad que tanto necesitábamos -y de paso someter a fusilamientos masivos  a la población civil que se oponía al atropello y practicar un pillaje de obras de arte,  patrimonio de los españoles,  metódicamente organizado desde París, que nunca nos fueron devueltas (los ingleses tuvieron el buen gesto de ofrecer una partida incautada a los franceses cuando huían, pero Fernando VII prefirió regalárselas a nuestros aliados británicos). En Vigo, las cosas fueron más expeditivas. Las tropas francesas llegaron el 31 de enero de 1809 a la ciudad. Iban a quedarse sólo dos meses escasos. En el resto de Galicia no habían encontrado demasiada resistencia. Asediaron la ciudad, pero el  28 de marzo el

 Corresponsales de guerra de los de antes. Sin demasiados recursos materiales. Con cámara analógica y máquina de escribir portátil en ristre. Con ingenio inagotable y profundo conocimiento del terreno que pisaban. Con reflejos siempre a flor de piel. Con la atención en constante "prevengan". Haciendo malabares con las grandezas y las miserias del oficio. Todo lo contrario de quienes denigraban este trabajo escribiendo las crónicas desde el hotel sin jamás pisar, ni de lejos, el frente de batalla.  Y en su mayoría, cargados del menos común de los sentidos, el sentido común. Recuerdo un consejo impagable de Raúl Cancio ( que sí había estado bajo el fuego en frentes varios)  cuando nos enviaron a ambos desde  "El Imparcial" a cubrir un tiroteo entre policías y delincuentes: " Tú, el primer árbol gordo que veas, te pones detrás, hijo ". La profesionalidad no está reñida con la prudencia, pero sí lo está con los espíritus inconscientes.  Los dejo con un reporta

 El régimen de Saddan Hussein fue acusado de utilizar gas mostaza durante la guerra contra Irán. También se le acusaría en 1988 de masacrar a miles de civiles kurdos de Halabja -ciudadanos a los que acusaba de respaldar a Jomeini - mediante este gas prohibido que inventaron los alemanes y utilizaron como arma muy temida -y sin antídoto conocido- durante la Primer Guerra Mundial. Tras la guerra irano-iraquí se decretó a escala mundial la destrucción de este tipo de armas ofensivas.  La guerra entre los regímenes de Baghdad y Teherán y sus odiosas consecuencias  también salpicaron a algunos militares españoles. Los dejo con el reportaje que publicó el diario Pueblo en 1984 sobre esta lamentable vicisitud. 

Al igual que la Armada, el Ejército de Tierra también dispone de un centro operativo desde el que organizar la defensa o el ataque por parte de nuestras fuerzas armadas. Es el COT. Lo curioso es que el complejo se encuentra debajo de Cibeles, en los sótanos del antiguo Ministerio de la Guerra. Justo bajo los pies de los viandantes.  Les dejo con el reportaje que publiqué al respecto en el diario "Pueblo". 

      (Image by PublicDomainPictures from Pixabay )  La guerra entre Iraq e Irán fue sangrienta. Muchas vidas quedaron segadas en las trincheras de ambos bandos. Otras perecieron a causa de los frecuentes bombardeos, muy a menudo con material francés, saudí y americano  ( usado por las fuerzas de Saddam) o ruso y hasta americano "bajo la mesa" ( en manos de los abanderados de la revolución islámica). Guerra de desgaste que también afectó a  los expatriados españoles que vivían y trabajaban en el país mesopotámico.  Comparto con ustedes ondas recobradas del reportaje que preparé sobre el terreno iraquí en octubre de 1987  para la malograda Encarna Sánchez, directora de "Directamente Encarna", programa en la Cadena COPE, líder de audiencia en Onda Media según el Estudio General de Medios de aquellos años, y en el que yo era responsable de "reportajes especiales".   Pinchen en el enlace y escuchen los testimonios de nuestros compatriotas bajo las bombas jome

Sucedió con la caída del zarismo:  la mayoría de la población rusa no salió ganando en prácticamente nada. Siguieron soportando cadenas y la hambruna diezmó a sus compatriotas más allá de lo que esperaban. El jomeinismo reemplazó a la monarquía del Shah de Persia, pero tampoco llovió a gusto de todos. Hablé con el jefe de los muyahidines del Beluchistán en noviembre de 1987. Jomeini no estaba siendo mejor que el Shah con su pueblo y habían decidido tomar las armas. Guerra Santa contra Guerra Santa, Jihad contra Jihad. Les dejo el reportaje de "El Quid". 

  Si la política exterior de Jomeini fue tan intensa se debió al mantenimiento de la guerra con Iraq. Ese fue el veredicto de un destacado diplomático iraquí, el Doctor Jairi Obaid Al-Zubaidi,  con el que conversé en 1987.  Les dejo la entrevista que publicó "El Quid", semanario que dirigió el malogrado Juan Pla.