"La pluma tiene más filo que la espada".

Foto de apertura por cortesía de mert-kahveci de Unsplash. Si en España no existe ultraderecha -con sus formaciones paramilitares y sus grupos de choque- como en otros países de nuestro entorno, es debido a que la policía secreta española se infiltró en aquellos grupúsculos y, desde dentro, los hizo desaparecer. Eso es algo que muchos historiadors corroboran. Antes de esa implosión forzada por los servicios secretos españoles, la violencia de ambos extremos del ideario político era algo a lo que la ciudadanía se había acostumbrado. Era la época en que se fabricaban bolígrafos-pistola y sus artífices solían ser descubiertos y acababan tras las rejas. Eran los días en que los objetivos de ETA recibía el tiro en la nuca. Desde la muerte del general Franco a mediados de los años 70 del pasado siglo hasta los años 80, en nuestro país campaban a sus anchas militantes de los llamados "guerrilleros de Cristo Rey", una rama escindida de los carlistas, que lideraba Mariano Sánch

Foto de apertura por cortesía de markus-spiske de Unsplash. El teniente general Jaime Miláns del Bosch , capitán general de la III Región Militar, lamentablemente pasó a la historia por sacar los taques a la calle en Valencia. Condenado por el fallido golpe de Estado del 23 de Febrero ( el famoso 23-F), fue a parar a prisión de Alcalá de Henares. Lo curioso del caso no es que el teniente general fuese a dar con sus huesos en el presidio, sino que ningún alcaide carcelario quería hacerse cargo de esa patata caliente. Un nuevo nombramiento para el cargo de gobernador de la prisión militar solucionó el problema. Comparto con ustedes el reportaje que publicó en mayo de 1983 el diario "Pueblo" al respecto. De Miláns del Bosch , fallecido en 1997 tras pasar en prisión desde marzo de 1981 hasta julio de 1991 ( aunque inicilmente le habían caído 30 años tras las rejas), se podría haber dicho aquello de que " quien tuvo, retuvo ".

Foto de apertura por cortesía de ekaterina-bolovtsova de Pexels . Corría 1980. Se había destapado la "Operación Galaxia", aquella en la que e Pexelen octubre de 1978 se habría planteado un golpe de Estado contra Adolfo Suárez , un presidente del gobierno que estaba impulsando muchas reformas y bajo cuyo mandato se había legalizado el Partido Comunista de España. Dos militares tuvieron que enfrentarse a un consejo de guerra en mayo de 1980: se les aplicó la pena mínima y fue entonces cuando el capitán general de Madrid reclamó que se les aumentasen las penas a 19 meses para el entonces teniente coronel Antonio Tejero Molina y a 18 meses para el capitán Ricardo Sáenz de Ynestrillas . Ambos fueron juzgados como presuntos autores del delito de conspiración y proposición para la rebelión. ¿A que les suenan familiares esos cargos sólo que retumbando en la comunidad catalana y hasta la fecha sin castigo? Pero volviendo a la "Operación Galaxia", los dejo con dos crón

El frustrado golpe del 23-F fue sin duda una zancadilla a la transición a la democracia. No tuvo éxito, pese a la salida de los tanques a las calles de Valencia y el asalto y retención de gobierno y diputados en las Cortes. Cuando se produjo la detención y posterior juicio de los autores materiales del pronunciamiento, tuve la suerte de hablar, en exclusiva para "Pueblo",  con el general Armada. Él no se esperaba aquel veredicto. Le cayeron  30 años de prisión, de los que cumpliría 5 antes de recibir un permiso de excarcelación por motivos de salud.  Les dejo con el reportaje: