"La pluma tiene más filo que la espada".

Revolución islámica. El relevo de una monarquía absolutista. La oportunidad para un pueblo de progresar, pero también el peligro de dar un salto atrás en su desarrollo como sociedad y convertirse indefectiblemente en un régimen teocrático sometido a las leyes de la Sharía . Todo eso se jugaba en Irán tras la caída del Shah de Persia y el advenimiento del nuevo Irán del ayatollah Jomeini , que había pasado 15 años en el exilio. Ya en su etapa final, Irán era un herbidero de luchas por la sucesión, desde dentro y desde fuera del régimen. Algunas de las perlas que se le oyeron al ayatollah : " En el gobierno islámico todo el pueblo es totalmente libre de tener cualquier tipo de opinión "; " No hay en el mundo una democracia mejor que la nuestra: esto nunca se ha visto antes ", " Todos aquellos que estén contra la revolución islámica deben desaparecer y ser ejecutados con presteza ". . Los dejo con este extenso análisis publicado por " Actualidad Árab

Sucedió con la caída del zarismo:  la mayoría de la población rusa no salió ganando en prácticamente nada. Siguieron soportando cadenas y la hambruna diezmó a sus compatriotas más allá de lo que esperaban. El jomeinismo reemplazó a la monarquía del Shah de Persia, pero tampoco llovió a gusto de todos. Hablé con el jefe de los muyahidines del Beluchistán en noviembre de 1987. Jomeini no estaba siendo mejor que el Shah con su pueblo y habían decidido tomar las armas. Guerra Santa contra Guerra Santa, Jihad contra Jihad. Les dejo el reportaje de "El Quid". 

 Hubo un momento en que se pensó que la guerra irano-iraquí podría pararse. Felipe González hizo de mediador y hasta el embajador iraquí en Madrid se mostraba optimista cuando la guerra ya era un hecho. No funcionó. Se perdieron muchas vidas. Y tuvo lugar la guerra entre los regímenes de Bagdad y Teherán. No habia llegado aun el tiempo de hablar de la "madre de todas las batallas" como hizo Saddam cuando EEUU bombardeó y pasó por sangre y fuego a la población de aquel país mesopotámico, mientras la revolución islámica iraní (shií) veía con alborozo cómo el antiguo Gran Sheitán ( Satán) americano les quitaba de en medio a su enemigo jurado: el régimen baathista (sunní) de Bagdad. El intento de evitar la continuación de la guerra no funcionó. Había demasiados intereses en juego. A río revuelto, ganancia de pescadores. La industria armamentística europea ( sobre todo la francesa) hizo caja durante esos años. La guerra se saldó con un millón de muertos, más dela mitad de ellos, i

Eran los tiempos en los que el Ayatollah Ruhollah Jomeini dictaba la ley de los musulmanes chiíes. El escritor anglo indio Salman Rushdie había sido condenado a muerte  por  Jomeini  en 1989, por supuestas blasfemias contra el Islam contenidas en su libro Los versos satánicos. Se ofreció una recompensa para aquél que lo asesinara.  Jomeini y sus seguidores representaban el Imperio del Mal para los norteamericanos. Rushdie se esfumó y permaneció oculto durante 10  años hasta que Teherán convino públicamente que no buscarían su muerte. Y los atentados contra los disidentes se sucedían.  En mis días como redactor de la revista Tiempo, del Grupo Zeta, que dirigía Julián Lago, tuve la oportunidad de realizar un reportaje sobre el tema contactando con distintas fuentes de la oposición en Francia. En aquella ocasión firmé con el seudónimo de Vicente Soler.  Les dejo la mancheta de la revista y el reportaje que refleja el ambiente que respiraba en esa época.