Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como ocultismo

“Lo oculto”: cuando la musa tiene cuernos y apesta a azufre.

Imagen
Foto, por cortesia de francesco-ungaro de pexels. En esta historia que les voy a contar podemos decir que los pinceles -no ya las armas- los carga el diablo. Porque el arte siempre sintió la paradójica frialdad de la sombra demoníaca. El museo nacional Thyssen -Bornemisza nos propone hasta el 24 de septiembre un recorrido por “lo oculto” en las obras de su rica colección. Y lo hace a través de siete secciones: la alquimia; la astrología; el espiritismo; la teosofía; el chamanismo; los sueños, oráculos y premoniciones, y, también, la demonología. Me van a permitir que me centre en este último aspecto ( rama de la teología que estudia a los demonios tanto desde la óptica del mito como de la religión) , que me ha parecido más literario y con mayor enjundia. El demonio, Pedro Botero, Satanás, Belcebú, Lucifer. El mal -la antítesis del bien- tiene muchos nombres. Las religiones lo han incorporado a su repertorio, porque el Maligno es la otra cara de la moneda del dios benefactor. D

¿Resucitaba a los muertos? El profesor Rapallo juraba que sí.

Imagen
Foto de apertura por cortesía de aedrian de Unsplash. Puede que ustedes conozcan las palabras que refiere la Biblia en que Cristo dice:" >Lázaro ,¡levántate y anda !" Los menos píos quizá recuerden las palabras del doctor Frankenstein cuando su monstruo, hecho de remiendos de muerto, mueve los dedos de la mano tras unas descargas eléctricas en medio de una tormenta nocturna típica de película de miedo: " ¡Está vivo, está vivo! ". En 1980, el redactor jefe de "El Imparcial" no me mandó ni a un destartalado castillo alemán a entrevistar al monstruo de los tornillos y las cicatrices ni a Tierra Santa a charlar con el resucitado Lázaro. Mi viaje terminó en Collado Mediano, en la sierra madrileña, donde el profesor Rapallo había convocado a la prensa al anochecer. Este parapsicólogo afirmaba que era capaz de resucitar a los muertos y demostró sus dotes hipnóticas con un compañero informdor que. tras mirarale fijamente a los ojos que brillaban bajo unas