"La pluma tiene más filo que la espada".

 La alta relojería se identifica con las pequeñas fábricas suizas donde las piezas se hacen y se montan a mano. La marca Piaget es de las más respetadas. Sus precios son astronómicos y sólo gente como el sultán de Brunei se podía permitir llevar en la muñeca piezas de la alta gama de este fabricante helvético.  Vacheron Constantin, Breguet, Pathek Philippe, Jaeger le Coultre, Audemars Piguet, Zenith, IWC y Piaget son de los pocos relojes que mantuvieron la manufactura ( la fabricación a mano) a pesar de la llegada del cuarzo en los 70, una invasión de Oriente que dio el golpe de gracia a muchas otras marcas menoresen Suiza y fuera de ella.  Si podemos afirmar, según el dicho popular,  que en estas factorías, “el más tonto hace relojes”,  también es cierto que sólo el más rico se los puede poner. Los dejo con el reportaje que publicó la revista “Dinero” en abril de 1996, dando cuenta de la entrevista que le hice al presidente de Piaget, Yves G. Piaget , en Ginebra.

Para quienes nos gustan los relojes analógicos, Hayek es un apellido libanés que representa la respuesta suiza a la industria nipona que asestó un doloroso golpe a la industria helvética manufacturera de relojes. El cuarzo se llevó por delante la primacía de los modelos más costosos de cuerda o automáticos, algunos de gran complicación, verdaderas obras artesanales hechas a mano y pagadas a precio de reloj suizo. En 1999, tuve la oportunidad de entrevistar al heredero del imperio Swatch y escuchar su visión  del sector y cómo adelantaba  unas tendencias que hoy son el pan nuestro de cada día. Les dejo una entrevista de anticipación, con fotos del magnífico Mariano Casado.