"La pluma tiene más filo que la espada".

Fotografía de apertura por cortesía de cottonbro de Pixels. Algunos de nuestros países vecinos tienen al comisario Maigret , a Hércules Poirot , a Sam Spade , al padre Brown, a Sherlock Holmes , a la señorita Marple , a Philip Marlowe , al comisario San-Antonio , entre otros sabuesos literarios. El escritor Francisco García Pavón fue el primer autor español que logró crear un policía ibérico plausible. Este no era otro que " Plinio ", jefe de la policía local de Tomelloso, a menudo acompañado por el doctor Lotario, su doctor Watson ciudadrealeño, que encarnaron en la pequeña pantalla los malogrados Antonio Casal y Alfonso del Real. García Pavón marcó el camino que años más tarde seguirían Pepe Carvallo , Diego Cañas , Petra Delicado o el sargento Bevilacqua . Sus historias continúan sorprendiendo y su estilo cotidiano se aleja de esos diálogos llenos de jerga carcelaria que no pocas veces hacen necesario consultar el diccionario para lograr seguir el hilo de la narración

Foto de apertura por cortesía de artem-budaiev de Unsplash Ya saben que ante la eventualidad de que a alguno de nosotros nos toque la lotería, el primer reflejo que debe surgir es el de fundirse on el paisaje y así evitar sablistas y demás fauna en busca de dinero fresco que esquilmarle al nuevo millonario. Es lo que hizo el protagonista de otra historia que compartí con ustedes no hace mucho. Pero el personaje de la historia que les traigo hoy hizo todo lo contrario. Llamó a la prensa y pidió luz y taquígrafos, por describirlo de forma gráfica: quiso dejar claro que el "gordo" le había tocado a él, a cuánto ascendía el importe del premio y otro pequeño detalle, que el afortunado pertenecía a los cuerpos de seguridad del Estado. O sea que levantó una enorme señal de "prohibido el paso" a los amigos de lo ajeno y otra gente de mal vivir. Los dejo con el reportaje que publicó el diario "Pueblo" en marzo de 1983, con fotos del gran Rafael Martínez .

  Rafael del Río ejerció como director general de la Policía de 1982 a 1986, bajo el ministro del Interior José Barrionuevo . Luego, pasó a ocuparse de la seguridad de Iberia y, ya en 2005, le nombraron presidente de Cáritas. El reportaje que comparto hoy con ustedes, publicado por "Pueblo" en primera página, habla de su incontenible entusiasmo y sus planes en 1983 para poner órden en el cuerpo policial. Su proyecto consistía en hacer de cada funcionario un ciudadano libre de toda sospecha. ¿Lo consiguió? Su jefe no era funcionario policial, sino político, pero lo cierto es que estuvo en la "trena" entre 1998 y 2001 por su vinculación con la guerra sucia contra ETA. Haz lo que digo, no lo que hago, pensaría el ministro.        

El subcomisario Baniandrés , que dirigía la Brigada Antigolpe, fue cesado de forma fulminante por Rafael Vera .Decían de Baniandrés que no estaba a la altura del cargo y que tenía la pistola fácil. Eso debían haberlo sabido quienes le nombraron. Vera conocería años después las instituciones penitenciarias desde dentro como inquilino de una celda, debido a su presunta implicación en las actividades del GAL contra ETA. Baniandrés declararía ante los jueces años más tarde que había sido destituido por los mismos responsables socialistas de Interior que lo habían nombrado para el puesto tras descubrir él la desaparición de varios miles de expedientes de la citada brigada, y añadió que le constaba que se filtraban informaciones reservadas de la Policía al CESID, los servicios secretos militares que trabajaban para desactivar tramas golpistas o movimientos involucionistas.