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El cadáver que volvió del frío. ¿Ciencia o mito?

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 Los llamaban los inmortalistas. Empresas a menudo sin demasiados escrúpulos que convencían a las familias de sus clientes de que un paciente con una enfermedad terminal podía ser congelado, crionizado, hasta que se descubriera la cura a su padecimiento.  El negocio prosperó durante varios años en Estados Unidos. Aun hoy cuenta con adeptos . Como colaborador del Dominical del diario Ya, y utilizando el pseudónimo de Juan Román, contacté con una de estas empresas americanas en 1982 y preparé este texto no apto para personas demasiado impresionables. Les dejo este reportaje digno de "Cuentos de la Cripta". 

Putting on the Gleneagles! El lujo hotelero escocés al alcance de muy pocos.

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 Es otra forma de vida. Las grandes familias y los clanes con mayor raigambre de Escocia consideran el hotel Gleneagles como un pedacito de sus corazones. Tradición y estatus. No está al alcance de todo el mundo, pero muchos escoceses están orgullosos de que tal establecimiento exista y represente las esencias de Escocia.Cenas de gala con sus comensales luciendo trajes de noche y ellos smokings con quilt ( la falda escocesa: a propósito, corre el improbable bulo de que una dama preguntó a un escocés qué llevaba bajo su quilt... " The future of England, milady !" habría sido la respuesta).    Tuve la ocasion de conocer el hotel mientras elaboraba un reportaje junto a  la eficacísima  fotógrafa jefa, María Arribas,  para la revista Dinero, del grupo Rizzoli-Corriera della Sera. La experiencia fue memorablemente  " grand ", como dicen por aquellos pagos. Les dejo el reportaje para que puedan sumergirse en las brumas de los highlands ; eviten los páramos y no salgan de

Sultán Bolkiah, el tío Gilito de Borneo.

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 Trabajando para la revista Dinero, que dirigía Luis Díaz Güell en el Grupo Zeta, nos mandaron a José Antonio Rojo, jefe de fotografía del semanario, y a mí como redactor jefe de sección a Brunei, el país regido por el hombre más rico del mundo. Un país alejado del turismo, donde los nodding donkeys , sistemas extractores de petróleo, de la corporación Shell succionaban de la tierra el preciado oro negro. Brunei tenía también su zona de sombras, el reverso de la moneda con miseria y pobreza extremas que se codeaban con la riqueza de los habitantes más afortunados.   Les dejo los capítulos que escribí para el semanario Dinero tras una visita a aquellas tierras de los mil y un barriles de crudo.