"La pluma tiene más filo que la espada".

 Suiza, un país que en la Exposición Universal de 1992 se preguntaba por su propia naturaleza: ¿Qué significa ser suizo?  En la película "El tercer hombre", el personaje interpretado por Orson Welles dice:"En Italia, en 30 a ñ os de dominación de los Borgia no hubo más que terror, guerras y matanzas. Pero surgieron Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza, por el contrario, tuvieron 500 a ñ os de amor, democracia y paz, y ¿cuál fue el resultado? El reloj de cuco". Esa caricatura no es justa con la confederación helvética. Sus paisajes son para quitar el hipo, el cruce de culturas  hace que esta confederación de cantones sea especial ( la precisión germánica unida al savoir vivre francés), sin olvidar los que hablan italiano ni a la minoría romanche, que también tiene su corazoncito ( el 0,5% de los suizos que hablan ese idioma  se saludan entre ellos con un feliz "allegra!" , o sea,  "hola", en romanche) .  ¿Banqueros? ¿Fabrica

 Lo conocí en los 80. Vestía como un sacerdote de paisano, salvo cuando oficiaba sus misas rituales.  Era Armando Cotarelo, gran maestre y obispo de la "orden soberana de los pobres caballeros del Christo y del templo de Salomón", es decir, de la Órden del Temple.  Estos oficios estaban presididos por la efigie de Baphomet ( que él describía como mitad Mahoma, mitad Juan el Bautista -y que el rey francés Felipe IV utilizó para desprestigiar a los caballeros templarios antes de quemarlos en la hoguera),  con su espada flamígera en ristre y ataviado con su túnica blanca.  Asistí a una de sus misas sin demasiado convencimiento, pero tras presenciar aquel ritual, salí con la sensación de haber cometido algún tipo de sacrilegio. M onseñor    Cotarelo tenía respuestas para todo, fundamentadas en principios históricos y teológicos. Era un gran conversador y mientras, para algunos, era un farsante; para otros, era la representación de los caballeros templarios en Espa ñ a.  Volví

 Tuve la oportunidad de charlar con él varias veces. Incluso en entrevistas de larga duración y profundo calado. Era una enciclopedia ambulante, elegante, con carisma. Había logrado superar su encasillamiento como Conde Drácula con otros papeles de relumbrón como en el Conde Dooku de "La guerra de las galaxias"o Saruman en "El se ñ or de los anillos".  Sir Christopher Lee también cantaba ópera y hasta Heavy Metal y hablaba ocho idiomas, entre ellos el espa ñ ol. Para la revista "Futuro" del grupo Corriere della Sera extraje una vertiente de la charla que mantuve con él en el hotel Victoria de Madrid. 

 Trabajando para la revista Dinero, que dirigía Luis Díaz Güell en el Grupo Zeta, nos mandaron a José Antonio Rojo, jefe de fotografía del semanario, y a mí como redactor jefe de sección a Brunei, el país regido por el hombre más rico del mundo. Un país alejado del turismo, donde los nodding donkeys , sistemas extractores de petróleo, de la corporación Shell succionaban de la tierra el preciado oro negro. Brunei tenía también su zona de sombras, el reverso de la moneda con miseria y pobreza extremas que se codeaban con la riqueza de los habitantes más afortunados.   Les dejo los capítulos que escribí para el semanario Dinero tras una visita a aquellas tierras de los mil y un barriles de crudo.

 En 1980, Siria era el representante del  frente de la firmeza contra Israel. Regido con mano de hierro por Hafez El Assad, que despreciaba a sus opositores como hafafish al lail o murciélagos de la noche, se enfrentaba también a la resistencia intestina mediante la guerrilla urbana de los Hermanos Musulmanes, de confesión chií. Su régimen era uno de los mejor armados de la región. Y en el país persistía la noción de una Gran Siria,  Bilad as Sham , una super provincia que se había cimentado a lo largo de cuatro califatos. Hubo una unión federal con Egipto que dio lugar a tres años de   República Árabe Unida bajo el coronel Nasser. Siria mordió el polvo frente a Israel en la guerra de Octubre de 1973, pero el convencimiento de que Siria había sido puesta en el mapa para liderar lo compartían todos los dirigentes en Damasco.Pero Siria tenia, en 1980, vecinos que no estaban dispuestos a aceptar una visión irrendentista made in Syria de la geopolítica.  Les dejo los cuatro capítulos

Eran los tiempos en los que el Ayatollah Ruhollah Jomeini dictaba la ley de los musulmanes chiíes. El escritor anglo indio Salman Rushdie había sido condenado a muerte  por  Jomeini  en 1989, por supuestas blasfemias contra el Islam contenidas en su libro Los versos satánicos. Se ofreció una recompensa para aquél que lo asesinara.  Jomeini y sus seguidores representaban el Imperio del Mal para los norteamericanos. Rushdie se esfumó y permaneció oculto durante 10  años hasta que Teherán convino públicamente que no buscarían su muerte. Y los atentados contra los disidentes se sucedían.  En mis días como redactor de la revista Tiempo, del Grupo Zeta, que dirigía Julián Lago, tuve la oportunidad de realizar un reportaje sobre el tema contactando con distintas fuentes de la oposición en Francia. En aquella ocasión firmé con el seudónimo de Vicente Soler.  Les dejo la mancheta de la revista y el reportaje que refleja el ambiente que respiraba en esa época.