Degrelle: Hitler lo admiraba y él, en la guerra, prefería luchar con sus propias manos

 Fue general de las Waffen SS. Participó en la campaña de Rusia. Vivía entre el sur de España y su gran piso en el madrileno barrio de Chamberí. Era un hombre de otro tiempo. Con un mensaje de otro tiempo. Justificó su sentido del honor, y su fair play, diciéndome que nunca tuvo nada que ver con los campos de exterminio nazis y que él habia participado en combates cuerpo a cuerpo en la guerra y, si había tenido que matar a algún enemigo en el frente, lo había hecho con sus propias manos, sin armas.  

Arrastraba las erres y pronunciaba la g como " gue" al estilo germánico. Era buen conversador y dotaba a su discurso de un énfasis de orador. De hecho, él ya lo había sido muchas veces desde que fundara el Movimiento Rex en Bélgica. Luego vendría su adscripción al bando del Eje durante la Segunda Guerra mundial y la admiración que el propio Führer le profesaba. 

Hablé varias veces con el rabino Cooper de las oficinas de la  Fundación Simon Wiessenthal en Estados Unidos, que había puesto precio a la cabeza de Leon Degrelle. Después de averiguar su paradero, nos fuimos un fotógrafo y yo a su encuentro. Hablamos prolongadamente y la revista ¨"Tiempo" publicó el reportaje. TVE ya había sacado algunos comentarios de Degrelle a raíz de la orden de búsqueda y captura por parte de la Fundación Wiessenthal. 

Curiosamente, la revista, su director y yo fuimos denunciados por una antigua superviviente de los campos de concentración nazis. En primera instancia, el Tribunal Supremo desestimó su denuncia. Pero más tarde,  su equipo de abogados la elevó al Tribunal Constitucional y ahí se les dio razón. Se creó el precedente en nuestro país de que no está permitido hablar de los tiempos del nazismo desde la óptica de quienes participaron en ese movimiento. Yo tengo la costumbre de acatar la ley, pero como periodista, me planteo una hipótesis a la que ahora mismo no podría dar respuesta clara: si un profesional de la información -que está obligado a contrastar opiniones y hechos en la medida de los posible-  tuviera la oportunidad de hacerle una entrevista al hombre más malvado del universo, digamos al mismísimo diablo llegado de los infiernos -que por supuesto, justificaría sus actos y atropellos y cómo sembró el mundo de matanzas, dolor, injusticia y desgracia -, ¿tendría el periodista la obligación de declinar esa oportunidad, esa entrevista exclusiva? Dada la jurisprudencia precedente, sería una responsabilidad que tendría que asumir el director de la publicación.¡Vaya papelón! 

Les dejo aquí el polémico reportaje que se publicó en el semanario " Tiempo". 






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