Guerra Irán-Iraq: aquellas llaves no abrían el paraíso islámico

 La llamaban la Segunda Qadisiyyah porque querían reflejar la batalla que dio la victoria a los árabes sobre los persas en el siglo VII de nuestra era. Los persas montaban elefantes de gruesa piel casi invulnerable para las dagas de los combatientes árabes. Sólo un grupo de certeros arqueros lograron asaetear los ojos de los paquidermos y hacer caer a sus jinetes. Eso al menos era lo que contaban en Bagdad. Esa batalla permitió la conquista de Persia por parte de los árabes musulmanes. 

Pero la guerra entre el ayatollah Jomeini y el muhib Saddam Hussein no acabó igual. Viajé en 1984 al frente de guerra irano-iraquí y recorrí parte del país. A los iraníes, muchos de ellos apenas adolescentes,  el régimen de Teherán les daban una llave para que con ella entrasen en el paraíso donde les esperaban numerosas huríes. Eran los niños de 14 a 16 años que formaban el movimiento Bassij ( movilización). Me lo contaron en la cárcel de Ramadi. A los iraquíes les daban un fusil, les colocaban en una trinchera y les recordaban que el Rais Saddam confiaba en ellos. La guerra duraría hasta 1988 y quedaría en tablas, salvo para los respectivos pueblos, claro está, que sí perdieron muchas vidas ( se habla de un millón de bajas entre ambos bandos). La prestigiosa revista "Defensa", que dirigía mi insigne compañero y amigo Vicente Talon publicó un amplio reportaje.
 

Les dejo aquí abajo el extenso informe periodístico, así como una instantánea junto al frente de guerra al lado de un militar iraquí a la sombra del panel que homenajeaba al Rais.















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