Érase una vez en los albores del mundo digital: ¡que viene el móvil!

 En los tiempos que corren, no tener a mano nuestro teléfono móvil nos deja aislados y a algunos, incluso con cara de tontos. De ese adminículo sacamos los contactos de las personas con quienes nos comunicamos, y muy a menudo nos sirve para consultar cosas que hemos olvidado o que sencillamente, nunca aprendimos. Permítanme compartir con ustedes este artículo de anticipación - sí, a lo Ray Bradbury, pero sin crónicas marcianas de por medio-. Lo escribí para la revista "Dinero" en octubre de 1999 y hasta me usaron como modelo fotográfico para mostrar lo que se nos avecinaba con el poderoso móvil, recipiente y facilitador de infinidad de aplicaciones. 

Al leer estas líneas, escritas como ciencia de anticipación, vemos lo deprisa que se ha desarrollado el invento, desplegado su influjo y su carácter de muleta imprescidible.  



   

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