Ese torito, torito bravo... para la cazuela.
A los franceses les gustan los caracoles, a los irlandeses y escoceses les pirra el púding de sangre y a los árabes les encantan los testículos de carnero (baid ghanam, los llaman en Iraq, Siria y Líbano) , mientras que en Asia y hasta en México los insectos se incluyen en la dieta de las personas ( proteína más barata que la carne de vaca).
¿Quién iba a decirnos que nuestro rabo de toro iba a subir por la escalinata que lleva al Olimpo de los más ricos manjares? Lean este trabajo que escribí para "Pueblo" y vean que hasta el malogrado cronista gastronómico Cristino Álvarez, alias Caius Apicius, se quitaba el sombrero ante este plato andaluz con raíces en la antigua Roma.
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