Guillermo Marín: "El teatro es barato porque el espectáculo que se da es asombroso"

Igual que se habla de "animales cinematográficos", de actrices y actores que " se meriendan"  a sus co-intérpretes en la pantalla y les roban el protagonismo del plano, de igual forma podríamos hablar de "monstruos de la escena". Uno de ellos era el gran actor Guillermo Marín, que en los años 40 fue uno de los pesos pesados del cine nacional ("El escándalo", "La torre de los siste jorobados", "Los últimos de Filipinas"...) y a partir de los años 50 del pasado siglo, fue una figura indiscutida del teatro en España. Tras entrar como meritorio del célebre Ricardo Calvo, desarrolló una prolongada carrera y llegó a ser conocido como uno de los intérpretes más habituales de Don Juan Tenorio.

Su última obra teatral fue en 1983, con "Casandra", de Benito Pérez Galdós, en versión de Francisco Nieva. En 1982 le habían dado el Premio Nacional de Teatro; fallecería seis años más tarde. Sus últimos años los dedicó a popularizar los poetas clásicos en medios populares. Los dejo con el reportaje que publicó el semanario "SyD" en 1982.