Un centenar de grupos islamistas, inspirados por Teherán, conspiraban contra el gobierno egipcio.

 El jomeinismo campaba a sus anchas. Las fuerzas más radicales del  Islam volvían su vista a la revolución de los ayatollahs, al imperio de los "pasdarán" (ejército de los guardianes de la revolución islámica) y al ahogamiento de cualquier costumbre occidental que hubiera sobrevivido a la caída del Shah Mohamed Rezah Pahlavi, que había dirigido el país con un régimen monárquico absoluto desde 1941 hasta el 11 de febrero de 1979, dando paso a que el imam  Ruhollah Jomeini se convirtiese en líder supremo del régimen revolucionario y cabeza de esa Persia milenaria que un día brillara bajo Ciro, el Grande (559-530 antes de Cristo). Pese a que el fundamentalismo islámico choca frontalmente con el panarabismo que propugnaba Nasser, Jomeini ya contaba con colocar a Egipto dentro su mapa-mundi islamo-revolucionario. Años después con la primavera árabe de 2011 y la caída de Hosni Mubarak, y el advenimiento de Mohamed Morsi, se perfiló un Estado basado en la Sharía islámica, pero acabó siendo derrotado en 2013 y sustituido por el régimen de Abdul Fatah al-Sisi que ilegalizó a los "Hermanos Musulmanes" e impuso una política muy estricta de austeridad que aún hoy continua (para sus opositores, sus política es incluso más deespótica que la de Mubarak,  para sus partidarios, sencillamente ha salvado la patria del caos). 

Comparto con ustedes  el reportaje que publicó en 1987  la revista "Mundo 2000", editada por GEASA, y dirigida por el malogrado Manuel Marlasca, que había sido subdirector del diario "Pueblo". Las fotos eran de Abbas/Magnum.





















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