Pedro Ocón de Oro, el periodismo como herramienta para desquiciar al lector que se cree sagaz

Foto de apertura, por cortesía de anete-lusina de Pexels.
¿Recuerdan el periodismo que reflejaban películas como "Primera plana", de Billy Wilder? Eran sabuesos de la noticia, profesionales de raza con un aguzado olfato y antenas invisibles para detectar dónde se escondía la noticia. Aquel ambiente de finales de los años 40 del pasado siglo es donde fue a parar Antonio Ocón de Oro, que con el tiempo se convertiría en una figura clave de los criptogramas periodisticos, antecedentes del "sudoku", crucigramas, palabras cruzadas y otros quebraderos de cabeza para lectores lo bastante aguerridos como para engancharse en las páginas de pasatiempos de los rotativos.
Los dejo con el reportaje publicado en noviembre de 1983 por el "Dominical" de la cadena Edica (un grupo editorial con el diario "Ya" como buque insignia, en el que yo colaboré durante años en su redacción de la madrileña calle Mateo Inurria, no lejos de la plaza de Castilla), dentro de la sección "Mi foto preferida".

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