Recuerdo que en mis años mozos, los chavales algo mayores que yo leían con fruición las novelas gráficas de "
Hazañas Bélicas" ( siempre llamamos a estas publicaciones tebeos, aunque no eran el TBO del que heredaron el nombre). Yo, aunque mi abuela me obsequiaba a veces con números de "
Vidas ejemplares", prefería los tebeos de "
Zarpa de acero", "
Rip Kirby", "
Mandrake" o "
Supermán" ( este último en cuadernos a todo color de la editorial mexicana Novaro, que en una época se prohibieron en España y tuve oportunidad de agenciarme algunos ejemplares en portugués durante un viaje con mis padres a Lisboa: decían que se había prohibido por estos pagos debido al accidente mortal de un niño que, al seguir la serie de que emitía TVE, habría saltado por el balcón; nunca supe si era realidad o leyenda urbana).
El caso es que de "
Hazañas Bélicas" yo sólo sabía que las protagonizaba el sargento
Gorila, un militar americano con pinta de primate. Pero, insisto, esas publicaciones se vendían entre la chavalada como churros, se devoraban como lonchas de jabugo e incluso se cambiaban una vez leídos en tiendas y quioscos que ofrecían ese servicio a cambio de una pequeña cantidad de dinero muy inferior al precio del ejemplar cambiado por otro. Eso se hacía también con las novelas de "El Coyote" (de
José Mallorquí), o de otros muchos autores populares tipo
Clark Carrados y claro está,
Agatha Christie.
El caso es que esta mañana, paseando por la feria del libro antiguo y de ocasión de Madrid, que se ha instalado una vez más en el paseo de Recoletos, me llamó la atención un detalle. Gran abundancia de obra nueva tratando el período anterior a la Transición española, sobre todo centrado en figuras como el general Franco, José Antonio, la Falange, los Carlistas y la participación española en la guerra contra la Unión Soviética.
Curiosamente, esos temas que forman parte de nuestra historia, que en los últimos años con frecuencia se han tratado de oscurecer e incluso borrar de un brochazo -hasta con leyes de memoria histórica y demás- siguen atrayendo y picando la curiosidad de los lectores. Y miren ustedes por dónde, la División Azul no se queda atrás en este interés renovado ( ¿o es que nunca dejó de existir?). ¿Cuál no sería mi sorpresa al descubir, en la estantería de uno de los puestos de la mencionada feria. nada menos que un ejemplar de "Nuevas Hazañas Bélicas", en cuya portada no figuraba el sargento
Gorila, sino un divisionario español luciendo el
yugo y las flechas de los Reyes Católicos?
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