Lalique: cuando el cristal se mide en quilates

Foto de apertura por cortesía de frenjamin-benklin de Unsplash.
No lo hacen. Pero para acceder a estas fábricas deberían exigir al visitante un certificado de no haber roto un plato en su vida. Estamos hablando de cristalería fina, cuyas piezas se venden por muchos miles de euros y cuya pérdida o deterioro por un movimiento torpe o descuidado, puede ser el origen de una tragedia veneciana.
Claro como el cristal.
La alta cristalería goza de una gran tradición en Europa. Empezando por el cristal de Bohemia, que empezó a producirse en la antigua Checoslovaquia y en Polonia en el siglo XIII, el de Murano (1291 ), hasta el cristal de Sèvres ( 1750), pasando por el de Baccarat ( 1764), el de Vista Alegre ( 1824, que se fusionaría con su compatriota lusa Atlantis en 2001) o el de Lalique ( 1812), éste último considerado como uno de los símbolos del lujo francés. A propósito, si les parece que, del listado anterior, faltan Luminarc o Duralex, sigan leyendo y verán por qué esas marcas no tienen cabida en este selecto grupo.
Los dejo con el reportaje que publicó en 1992 la revista "Futuro", del Grupo Rizzoli-Corriere della Sera, con fotos de Laurent Sully Jaulmes.

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