Mientras restauran Notre Dame, nosotros vimos sus tripas

Fotos: Juan Girón Roger.
La catedral de Notre Dame tardó 183 años en ser construida, entre los siglos XII y XIV ( 1163-1345). La catedral sufrió un incendio en 2019 que produjo el derrumbe del la aguja y el tejado del templo. Ahora la están restaurando y no está permitido ver su interior. Con todo, París no pierde la ocasión de mantener vivo el interés del turismo por Notre Dame. Un museo subterráneo contenta a los visitantes llegados de todo el mundo que no pueden pasearse por el interior de la catedral. Por arriba no se puede, pero por debajo, sí. Hablamos de la cripta arqueológica de la isla de la parte vieja/Notre Dame de París que, bajo la atenta mirada de la estatua de Carlomagno, narra con pelos y señales la historia de Notre Dame y de lo que hubo allí antes de que llegasen a construir el mítico templo católico medieval.
El Sena era uno de los principales puertos comerciales de la Galia y allí los romanos (galorromanos, los llaman) tenías sus termas y todo un complejo urbanístico que se puede contemplar actualmente. Se han encontrado vestigios de aquellos tiempos, como monedas con la efigie del emperador Arcadio (años 388 a 392 de nuestra época) perdidas por algunos bañistas en las termas. Los romanos construyeron las murallas con piedras procedentes de otros monumentos y alzaron las llamadas termas de Cluny, el foro, el anfiteatro y dos necrópolis principales, así como el muelle del primer puerto de París (el Sena es navegable desde la independencia de los galos cuando en el siglo I , Lutecia era una ciudad donde las embarcaiones de mercancías navegaban por el río bajo el control de los ricos mercaderes de trigo y vino conocidos como "nautas").
El tráfico fluvial tuvo un activo protagonismo en el desarrollo del comercio de la ciudad. Y junto a las ruinas romanas, la historia de Notre Dame y su papel en el imaginario de los franceses. Precisamente, su maltrecha estructura se estaba viniendo abajo en el siglo XIX, con 500 años sobre sus bóvedas y torres, debido a la falta de mantenimiento y también al trato que recibió durante la revolución francesa (Napoleón se haría entronizar como emperador en ese mismo templo), cuando el escritor Victor Hugo publicó en 1831 su obra "Notre Dame de París", con Frolo, Quasimodo y Esmeralda. Ello hizo que un campaña -apoyada por el propio Hugo- lograse reunir fondos públicos y privados para restaurar la catedral a partir de 1844.
Curiosamente, al restaurar la catedral, se decide añadirle algunas figuras grotescas, como gárgolas, inspiradas en la edición gráfica de la edición del libro de Victor Hugo de 1844. Al parecer, el escritor sugirió al equipo de escultores que dirigía Viollet-le-Duc que incluyeran entre las quimeras, una figura fantasmagórica medio bruja medio pájaro, que vela por París desde la torre norte. Se trata de una imagen conocida como le Stryge, una palabra que recuerda la palabra italiana para designar a las brujas ( stregha, o striga en latín).
Hoy Notre Dame pertenece a la iconografía popular y sus paredes estuvieron a punto de desmoronarse para siempre. Por suerte la financiación privada acudió al rescate. La familia Pinault -Gucci, Balenciaga y la casa de subastas Christie’s- se comprometió a donar 100 millones de euros , mientras la familia Arnault -el grupo LVMH- ofreció la suma de 200 millones de euros para la reconstrucción de "esta obra arquitectónica, que forma parte de la historia de Francia", dijeron.

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