Cómics: literatura en viñetas y bocadillos

Fotos: Juan Girón Roger.
Los conocemos como tebeos, cómics, cuadernos ilustrados, historietas y aún hoy tienen fervientes seguidores.
Muchos crecimos leyendo las aventuras de Superman, del Hombre Enmascarado, Rip Kirby, Mandrake el mago, Zarpa de acero ( que tenía guionista inglés y dibujante español), por no mencionar a Roberto Alcázar y Pedrín, el Jabato, Hazañas Bélicas, el Capitán Trueno, Diego Valor ( que hasta tenía un programa en la radio) o Vidas Ejemplares ( mi abuela me regaló algunos títulos por si se me pegaba algo de la biografía de aquellos santos ilustres... creo que yo prefería a Superman y me temo que ni de unos ni del otro he heredado ninguna virtud o poder sobrenatural).
Los ejemplares más clásicos se cotizan a elevados precios. Y la afición no se limta a nuestro país, el festival internacional del cómic de Angoulême lleva medio siglo reuniendo a los artistas y a los fanáticos de este tipo de literatura ilustrada. Algunos tebeos llegan del frío de la lejana Finlandia, como la saga de Nicholas Grisefoth ambientada en aquel país en el siglo XIV y basada en los textos de Juha Ruussuvuori.
Una exposición de la Fundación "La Caixa", #CaixaForumCómic, en Madrid ofrece una panorámica del mundo del cómic, "como sueños e historia", a través de 350 muestras ( 300 de ellas son páginas originales ilustradas por lo más granado del gremio) de este tipo de publicaciones realizadas en Occidente (se deja aparte el Manga y otras aportaciones orientales).Para los curiosos, hasta podrán hallar una reproducción de la famosa 13, rue del Percebe, del dibujante Ibáñez.
Se considera pionero de los tebeos al dibujante decimonónico suizo Rodolphe Topffer, mientras que Richard Felton Outcault serí quie más tarde introdujera los bocadillos, esas nuebes que contienen el texto que hablan los personajes en cada viñeta del cuaderno ilustrado. La exposición muestra obras de Moebius y también de Enki Bilal ( aquí abajo, su inquietante "Muro de Berlín"), entre cientos de otros artistas del lapicero o del aerógrafo.
Mientras en Europa, el tebeo nace del libelo o de la caricatura, en Norteamérica son los diarios los que dan carta de naturaleza a este nuevo arte a través de tiras cómicas, a cuyos dibujantes se rifaban editores como Hearst ( que sindicó los contenidos mediante el King Features Syndicate que él creó) o Pulitzer. Las tiras llegaban a un amplio espectro de la población de inmigrantes que no dominaba el inglés, pero sí podía llegar a comprender las historias dibujadas que les llevaban los rotativos más populares. La época dorada del género fue desde la Gran Depresión de 1929 hasta la Segunda Guerra Mundial de 1939-45.
Eran los días de gloria de "Dick Tracy" ( creado por Chester Gould) y de "Flash Gordon" ( Alex Raymond) o El Hombre Enmascarado ( conocido también como El Fantasma, de Lee Falk). Los superhéroes no tardarían en atraer la atención de los lectores y Estados Unidos fue la cuna de la inmensa mayoría de ellos: Superman, Batman, Linterna Verde, los Cuatro Fantásticos, Spiderman, etcétera. Luego también vendría la novela negra traspasada al cómic, como "Rip Kirby" y más recientemente, el "Sin City" de Frank Miller.
Los tebeos han servido para dar forma a los sueños de sus lectores. Historia pasada, presente y anticipación. Todo tiene cabida en las páginas de estos cuadernos ilustrados. En ese sentido, un medio que en principio se dirigía a los lectores en masa, y en muchos casos al público más joven, derivaría hacia contenidos más acordes a una audiencia adulta, con historias e imágnes no aconsejables para todos los públicos.

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