Madrid 1900-1936: risas, dramas y otras sensaciones de antaño

Foto de apertura: Juan Girón Roger.
En Madrid, la canícula está haciendo de la suyas. Hay quien no duda en tomar las calles del Madrid viejo por las arenosas dunas de alguna playa levantina, mientras en vez de escuchar el arruyo de las olas, oye cómo se van desgranando las notas de una guitarra española. Hace 100 años, las cosas no eran así, y se combatían los calores con agua fresca de botijo, agua de cebada u horchata y también poniéndose a la sombra. Lo cierto es que también se producían otros fenómenos callejeros que hoy pueden llegar a chocar al ciudadano. Y es que hablamos de los tiempos del tranvía y del trolebús, del "agua, azucarillos y aguardiente". Eran los tiempos en que Madrid vivía momentos alegres, dramáticos y también horas fugaces que ya no han vuelto a repetirse.
El Museo Municipal de Madrid, en la calle Fuencarral, muestra estos días una exposición fotográfica de imágenes de Madrid hasta 136, rescatadas del archivo del diario ABC.
Instantáneas como el atentado del anarquista Mateo Morral contra Alfonso III y Victoria Eugenia -del que ambos salieron ilesos, pero donde murió una treintena de viandantes y un centenar resultó herido- dieron la vuelta al mundo, pero también queda para el recuerdo el ambiente popular de horchaterías, ventorros, y hasta el vistazo al triste pasado de los niños de la inclusa o de las colas del hambre.
Madrid, capital de España desde 1561, muestra en esas imágenes de los primeros años del siglo pasado las luces y las sombras, las grandezas y las miserías de una sociedad que se encaminaba ("No fue posible la paz", escribiría Gil Robles) hacia un conflicto bélico fratricida que supuso un pesado lastre que frenó y ralentizó el posterior desarrollo y progreso de nuestro país.
Los dejo con algunas de estas joyas fotográficas.
La casa de fieras del Retiro, las cafeterías de la Gran Vía y las diferencias sociales que en quellos años se daban en la mayoría de las capitales europeas.
Hubo un tiempo en el que a los carteros los dejaban viajar gratis en los laterales del tranvía, y que usaban este medio de locomoción para realizar su servicio de entrega de recepción de correo.
Las dos caras de la misma moneda de cambio de la España de aquellos años. Miseria y ocio se daban la espalda en una sociedad ajena al devenir histórico que tendría que afrontar a partir de 1936.

Comentarios

  1. Creo que fue en el Ventorro de los Jaraices sonde Morral almorzó por última vez antes de "suicidarse". (Las comillas tienen sentido).

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  2. Así, es, don Félix. Acertado comentario, como siempre .

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