Viaje al interior de la momia: tomografía computarizada

Fotos: Juan Girón Roger.
Alrededor de cuatro horas tenía que pasarse cada día el actor Boris Karloff para que su maquillador Jack Pierce lo transformara en Imhotep, en la película de 1932 "La Momia" ( antes había hecho lo mismo para la película "Frankenstein"). Lo cierto es que a los cuerpos de los antiguos egipcios no les quedaba más remedio que ser aún más pacientes: el proceso de momificación llevaba no menos de 70 días (sólo para el vendado del los cuerpos, los embalsamadores necesitaban como poco dos semanas).
La momificación era un ritual que no todos podían sufragar. La Fundacion "La Caixa", CaixaForum de Madrid, muestra estos días una exposición ( #CaixaForumMomias) con aspectos ocultos de la vida de seis personas, cuyas momias ha sometido el British Museum a un proceso de tomografía computarizada que permitió ver las momias por dentro sin necesidad de quitarles ni el sudario ni las vendas y por ello, sin dañar sus frágiles restos mortales. La exposición se centra en seis egipcios que vivieron entre los años 800 antes de Cristo y 100 de nuestra era. Un verdadero viaje al pasado y una forma de alta tecnología de escudriñar la vida privada de cada uno de ellos, ya que cada momia -aunque éstas no se caractericen por su locuacidad- cuenta una historia, la suya.
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En la vida cotidiana de estas gentes, las deidades protectoras y los amuletos desempeñaban un papel muy importante. En el viaje al más allá, no lo eran menos. Algunos ejemplos: el dios Bes, símbolo de la música, era un enano poco favorecido físicamente, que sacaba la lengua y ahuyentaba al mal, con lo que era muy popular en cada casa de los ciudadanos egipcios de aquellos tiempos.
La ceremonia funeraria se desarrollaba de la mano de un grupo de sacerdotes que se guiaba por el famoso libro de los difuntos del antiguo Egipto. El Libro de los Muertos, redactado en caligrafía hierática del antiguo Egipto, contenía abundantes fórmulas mágicas para proteger al finado de los peligros del Más Allá. Algunas frases del mismo no requieren explicaciones: "¡Retrocede!¡Márchate!¡Atrás, oh, peligroso!No me ataques. Que mi magia te destruya".
Otro elemento protector era el escarabeo del corazón, la figura de un escarabajo pelotero que llevaba un conjuro del Libro de los Muertos. Era un "embellecedor" de conductas pasadas. Y es que se creía que tal conjuro, durante el juicio final en el salón de Osiris, evitaba que el corazón delatase las malas acciones de su dueño.
Los vasos canópicos guardaban las vísceras del difunto momificado y hasta nosotros han llegado algunos ejemplos como los exhibidos en esta exposición. Otro elemento clave en el proceso era el transporte fluvial. El Nilo era el circuito por el que navegaban las naves que llevaban al difunto a su última morada en la tierra, antesala del más allá.
La visita permite adivinar el universo de los antecesores de los egipcios de hoy. Momias, adornos, amuletos, sudarios, sarcófagos y deidades, en un entono de marcada desigualdad social.

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