Pontevedra: quien tuvo, retuvo

Fotos: Juan Girón Roger.
. Capital de las Rías Bajas gallegas, Pontevedra (Pontem Veteram, o viejo puente que los romanos levantaron sobre el río Lérez) se alza como un enclave cargado de historia y de curiosidades para el visitante. Bañada por la Ría de Pontevedra, no le falta ese sabor añejo que recuerda a otras ciudades un tanto decadentes. Pero para llevar ese título de decadente hace falta haber tenido antes un período de auge, y ese es el caso de Pontevedra.

Conocida como "Boa Vila" (buena villa), vivieron allí el heróico marino Casto Méndez Núñez ( "Más vale honra sin barcos, que barcos sin honra", sentenció el militar en el puerto de El Callao en 1866) y también Ramón María del Valle-Inclán, creador de las comedias bárbaras.

Iglesias y arquitectura que se remontan al siglo XVI, un barrio viejo muy bien conservado (no se pierdan, si van, la plaza de la Herrería -que, sin tener nada que ver con la de Pontevedra, comparte el mismo nombre que la ahora inexistente zona de prostíbulos para marineros en la parte alta de Vigo-, la de la Verdura o la del Teucro).

Pontevedra es parada obligada para quienes hacen la ruta portuguesa de Santiago de Compostela, y sus puentes siguen dejando boquiabierto a más de uno: Ponte do Burgo (siglo XII), Ponte da Barca, Ponte das Correntes y el moderno Ponte dos Tirantes.

El refranero popular otorga a Pontevedra un papel de recogimiento y descanso que seguro tendrá sus detractores, sí como sus defensores: " Mientras Vigo trabaja, Pontevedra duerme, Santiago reza y la Coruña se divierte".