Porto ofrece una amplia paleta de sabores para "o almoço e jantar" (comida y cena)

Fotos: Juan Girón Roger.
La experiencia gastronómica en Oporto es importante cuando planeamos un viaje a aquella ciudad del norte de Portugal. Ya les hablamos en estas páginas de las célebres francesinhas ( variación del croque monsieur galo a base de rebanadas de pan de molde con carne de ternera, chorizo, salchichas, jamón y queso fundido con patatas fritas y abundante salsa que, además, dicen que quita o reduce los efectos de la resaca). Pero hay mucho más que se ofrece al paladar del visitante. Si dejamos de lado sus deliciosos tartas y pasteles y nos centramos en la comida y la cena, infinidad de platos típicos nos saltan a la vista y despiertan con una promesa nuestras papilas gustativas.
Cabe destacar platos como o sandes de pernil com queijo da Serra, un bocadillo de jamón con queso serrano cubierto de salsa de queso, Tripas à moda do Porto (acompañado de arroz, para los aficionados a la casquería tradicional); caldo verde con chorizo o longaniza; pulpo con salsa verde;as papas de sarrabulho a base de sangre porcina, pollo, jamón, chorizo y salchichas que se sirve como guarnición de unos daditos de carne llamados rojões à moda do Minho.
También está la opción de irse al McDonald´s ( ofrecen algunas hamburguesas inspiradas en la gastronomía local) o recurrir a un plato de pasta. Eso me recuerda el grupo de viajeros españoles que, visitando Marruecos, que cuenta con una gastronomía muy interesante, reclamaban un restaurante español que sirviera paellas. Sobre gustos...
No hay que olvidar las sardinas asadas, más económicas que el bacalao, ni tampoco los bolinhos de bacalhau (buñuelos de bacalao) o los cachorrinhos ( salchicha -perrito caliente- dentro de pan con mantequilla, salsa picante y queso fundido). Añadan a eso la alheira ( salchicha de carne, pan y ajo), el arroz de cenoura ( arroz de zanahoria y cebolla), la pescada (merluza) a la portuguesa, el prego em prato (filetes de carne con aceitunas, fiabre, queso, huevos y patatas fritas)> y tendrán una idea de lo que se cocina por aquellos lares.
Los precios son razonables.Les muestro un menu de un pequeño restaurante en la céntrica Rua Santa Catarina, un establecimiento familiar que ofrece amabilidad y comida casera de calidad más que aceptable.
Pero allí donde se agolpan los turistas, en áreas muy de moda, como a Rua das Flores y en los márgenes del río, los restaurantes le pedirán 27 euros sólo por un plato de bacalao (sin contar cubierto, pan, bebida, entrante ni propina), algo que en la citada Rua Santa Catarina le costaría 7,50 euros el plato ( eso sí, ahí no les sirven en terraza ni hay vistas al Duero, si valoran ese detalle). En otros restaurantes dentro de centros comerciales -por ejemlo, cerca del antiguo edificio del Coliseu-, el bacalao -bien preparado- se cotiza a unos 12 ó 13 euros el plato. Muchas variedades, pero el bacalhau à Braga, servido con patatas fritas y cebolla, es una buena alternativa para degustar ese plato nacional luso en una versión simple y sabrosa. Bom proveito!

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