Ribeira y el mar, dos fieles socios contra viento y marea.

Fotos: Juan Girón Roger.
Desde 1906 y por designación del rey Alfonso XIII, Ribeira ( Santa Eugenia de Ribeira) ostenta el título de ciudad. Eminentemente pesquera, Ribeira se encuentra en la provincia de La Coruña y es la capital de la comarca de Barbanza. Mucho ha llovido desde sus inicios. Su iglesia se remonta al siglo XIII y las crónicas refieren que vikingos, piratas y sarracenos sometieron a estas tierras a frecuentes incursiones cuya finalidad no era otra que el pillaje. Esta actividad hostil tuvo que sufrirla Ribeira desde el siglo XI hasta el XVIII, en que las cosas se calmaron y pudo centrarse en desarrollar a fondo su actividad pesquera.
La llegada de industriales catalanes para montar negocios de salazón de pescado, ayudó mucho al sector. La actividad de la salazón decayó cuando se abrió paso la industria conservera: en 1836 se inaugura en Oza (La Coruña) la primera conservera. De hecho, se cuenta que la escasez de aceite y hojalata ( que no llegaron a producirse en las cantidades adecuadas hasta 1890) evitó que Galicia, que poseía la materia prima -ya entonces eran famosas las sardinas de Ribeira-, se hiciera con el liderazgo de esta industria en el continente europeo.
Con todo, la pesca del atún, del rodaballo y las bateas de mejillones son signos distintivos de esta ciudad. Aún hoy, Ribeira es el puerto de pesca de bajura más imporante de España y el tercero de la Unión Europea. Mi madre, Isabel -que en paz descanse-, aunque criada en Vigo, nació en Santa Eugenia de Ribeira, así que yo también debo tener algunas gotas de sangre local.
Y como telón de fondo, el mar. Al que siempre se vuelve y del que se extraen los recursos para prosperar. Paralelamente, el turismo empieza a aflorar, aún tímidamente -salvo el local-, y parece todavía un secreto muy bien guardado la variedad de los parajes que se ofrecen al visitante, de una belleza difícil de replicar. Para "marineros de agua dulce" que no deseen embarcarse en largos viajes marítimos, tienen a su alcance la isla de Sálvora que, situada en la Ría de Arosa y a 3 kilómetros de tierra firme, forma parte del parque nacional de las islas atlánticas de Galicia.
Además, para los visitantes interesados en la arqueología, existen abundantes restos de la cultura castreña ( castros). Sumemos a eso su paseo marítimo, que es una joya, con sus playas abiertas al océano atlántico, así como su parque natural de las Dunas de Corrubedo, y el programa resulta muy difícil de ignorar.
Y, poco a poco, el sol se va poniendo sobre la línea del cielo que separa la tierra y el mar, tiñendo de reflejos escarlatas la enormidad del océano que custodia Ribeira. Mientras, el sosiego y la calma de las plácidas olas caen como un bálsamo regenerador sobre este remanso de paz para gentes de la mar.

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