Comida oriental: cuando las "delicatessen" dan escalofríos

Fotos:Juan Girón Roger.
El dim sum es una especialidad de la cocina cantonesa y de Shanghai que consiste ens una masa rellena de combinaciones de carnes, vegetales, mariscos y frutas. El poke hawaiano, la sopa miso japonesa, el ramen y otras pastas, junto con el sushi ( que cobró fuerza a principios del pasado año con la generalizacion de las máquinas refrigeradoras y se extendió a Occidente a finales del mismo siglo) así como los aperitivos ( snacks) orientales de caprichosas formas y sabores están muchas de nuestras mesas. Muchos dirán que son platos para chuparse no ya los dedos, sino los palillos si se consumen con utensilos originales.
Todas estas fórmulas culinarias han encontrado su camino en la vieja Europa.¿Qué los ha hecho tan populares? ¿Quizá su aspecto y sabor exóticos? ¿El factor diferenciador de que utilizan ingredientes naturales? (el ciclamato, ese edulcorante sin calorías, que la OMS recomienda para uso humano, quizá sea menos natural). Lo cierto es qu hoy existe una legión de adeptos a este tipo de alimentación.
Recuerdo algunos viajes a Oriente donde los periodistas occidentales se quedaron de una pieza ante las perolas de caldo en cuya superficie flotaba un gran sapo, la sopa de culebra, el plato con salchichas de mar (llamadas también gusanos Spincula) y tampoco olvido la cara que puso el redactor jefe de un diario de Las Vegas cuando pidió en un restaurante de Taipei una ración de pollo y ésta le llegó con la cabeza y las garras puestos.Lo que antes chocaba, el tiempo lo suaviza y lo hace aceptable.
Hace unos dias pasé por un supermercado oriental en Madrid. Me pregunto cuántos años tendrán que pasar hasta que nos llevemos a la boca unas crujientes garras de pollo o de pato o unas rejillas de vaca ( no me pregunten qué es eso, sólo vean la foto de más abajo) como ahora hacemos con un bocadillo de calamares o una porción de chocolate Toblerone. El tiempo nos lo dirá. Sin llegar a los festines a base de carne de perro como en Vietnam o Yulin (China)ni a degustar esos vasitos de sangre de serpiente -muy buenos para la piel y la virilidad, dicen los chinos- que ofrecen en el Snake Alley de Taipei ( Taiwán o República de China), hay margen para sorprender a los comensales más timoratos y conservadores.Ignoro cuánto tardaremos en aceptar las garras y cabezas de pollo en nuestro plato. Pero, de momento, ya vamos estando curados de espanto.

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