Manolo Gómez Bur: "Logré entrar en compañías de revista porque yo era muy bailón"

Manolo Gómez Bur fue una figura entrañanable en las pantallas y los escenarios españoles. Sus papeles en comedias fueron siempre de nivel y su personal sentido del humor no le iba a la zaga.
Comenzó en la revista, con revista, en las compañías de Ana Adamuz , Conchita Montes e Isabel Garcés, y en el teatro logra elaplauso del público y de la crítica.
A partir de 1951, con un papel que le dio el director Edgar Neville en la película "Cuento de hadas", se comenzó a especializar en personajes un poco ingenuos, castizos y divertidos que desarrolló a lo largo de más de un centenar de largometrajes.
Este inspirado cómico madrileño fue uno de los actores más populares de la pantalla grande en la década de los 60 del pasado siglo y también participó en diversos programas y series de televisión ("Animales racionales", en 1973) que tuvieron amplio éxito. En su trayetoria nos dejó su jugosa participación en títulos cinematográficos como "Las que tienen que servir", "Las chicas de la Cruz Roja", "El día de los enamorados", "Tú y yo somos tres", "La ciudad no es para mí", "Tres de la Cruz Roja","Los subdesarrollados", "La dinamita está servida" o "Soltera y madre en la vida", entre muchísimas otras en las que se codeaba con la primera línea del "star system" español de la comedia cinematográfica del momento (Tony Leblanc, Paco Martínez Soria, Conchita Velasco, José Luis López Vázquez, Alfredo Landa...)
Falleció en 1991 debido a las complicaciones de un tumor que le habían detectado en el cuello.
Los dejo con el reportaje publicado por el "Dominical", suplemento semanal del diario "Ya" y su cadena Edica, en el año 1983, donde Gómez Bur echa la vista atrás y comparte cómo fueron sus primeros años en el mundo de la farándula.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Jackeline Cacho, entre las mujeres latinas más influyentes de EEUU: "No podemos huir de los problemas"

Pablo Gonz: ¿Triunfar en la literatura comercial? Es posible, si te olvidas de los escrúpulos.

Vacaciones con el Expediente-X en la maleta