Pablo: "Soy experto en oficinistas, ancianitas, soldados, niños, gitanos con oso, y demás gente humilde"

Pablo era, además de un dibujante y humorista de gran talento, una persona entrañable. Yo tuve la suerte de conocerlo en la redacción de "El Imparcial" en el número 26 de la madrileña calle de San Romualdo, entre 1978 y 1980, cuando venía a entregar sus viñetas.A menudo charlábamos un ratito: siempre estaba de buen humor y compartía ocurrencias divertidas ( recuerdo alguna frase que no se puede repetir aquí si no queremos escandalizar a más de uno).
Había nacido en la colonia española de Larache en tierras marroquíes y pronto se hizo un nombre en el entorno periodístico. Comenzó publicando sus dibujos en el diario "Pueblo", en 1945, y en 1953 lo ficharon en el semanario satírico "La Codorniz" donde creó personajes que hoy ya son míticos en la ilustración humorística española.
Trabajó hasta 1975 en esa revista que fundara Miguel Mihura en 1941. Después desarrolló una intensa carrera en medios como el "Diario Madrid", "El Imparcial" ya citado, "ABC", "El País" o "Autopista".
Describió con su "humor blanco" desde el Franquismo, pasando por la Transición hasta la democracia. Nos dejó en 1988.
Pablo tuvo la perspicacia de captar la "fauna" específica, el ambiente absurdo y las situaciones ridículas a través de su "oficina siniestra", reflejo exagerado pero hilarante de tantos centros de trabajo de nuestro país.
Los dejo con el reportaje publicado por el "Dominical", suplemento semanal del diario "Ya" y su cadena Edica, en 1984.

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