Cómo reírse del Día de los Muertos sin que se le caiga la mandíbula

Fotos, Juan Girón Roger.
En México no nos reímos de la muerte, nos reímos con ella”, explica un guía de la Casa de México de Madrid. El edificio se ha engalanado para recibir el Día de los Muertos el próximo 2 de noviembre. Así como en España y en buena parte de Europa el día primero de noviembre es la festividad de los difuntos, en el país azteca el día 1, Día de Todos los Santos, se reserva para los muertos infantiles y la ceremonia de recuerdo es más discreta que la gran fiesta que el día 2 enciende todo el país, cuando los cementerios se llenan de gente, de mariachis y de deudos y parientes de los que se fueron al otro mundo. Allí, rodeados de lápidas y cestas de alimentos y bebida, pasan el día y la noche, comiendo y cantando como muestra de cariño a sus finados.
Existe la creencia de que, durante las noches del 31 de octubre al 2 de noviembre, las almas de los fallecidos vuelven del otro mundo para disfrutar de los manjares y adornos que se les brinda en la ofrenda del altar de los muertos.
La tradición prehispánica hablaba del dios del inframundo, Mitlantecuhtli , señor del lugar de los muertos, una figura representada por un esqueleto humano con una calavera llena de dientes. Y los aztecas ofrendaban cráneos humanos, resultantes de sacrificios previos, que ensartaban en una hilera de cabezas de huesos de personas que tuvieron la desgracia de ser elegidas como víctimas propiciatorias. La llegada de los españoles puso fin a los sacrificios humanos, pero mantuvo las tradiciones folclóricas en las que todos los mexicanos se ven reflejados.
Pan de los muertos, dulce pero sobrecogedor por su forma que evoca vísceras y otras lindezas post mortem.
El perro xoloitzcuintle no es un cancerbero a las puertas del infierno, sino un servicial can que dirige al difunto hacia su morada definitiva
El altar de los muertos es el resultado de la fusión de culturas, del sincretismo mesoamericano y católico español del siglo XVI. Este altar suele ser de un par de niveles, pero que puede llegar hasta siete e incluso más, se instala en el hogar y va desde la repisa inferior,la tierra, hasta la de más arriba, el mundo de los muertos. Sobre las repisas del altar se encuentran elementos tales como fotos de los fallecidos a los que se dedica , alimentos y bebidas, así como objetos personales, que eran del agrado de los que perdieron la vida, flor de cempoalxochitl para guiar con su color y aroma a los muertos, calaveras de azúcar, chocolate o semillas de amaranto, y “pan de muerto”, especie de roscón que equivale a los “huesitos de santo” de nuestras confiterías, a lo que hay que sumar la resina aromática copal que purifica y guía las almas, el papel picado, que simboliza el aire e indica la llegada de las almas, agua para calmar la sed del difunto, velas para iluminar el camino del muerto, y sal espolvoreada en forma de cruz para que el alma del difunto no se corrompa en su viaje. Y tampoco debe faltar el perro xoloitzcuintle que guía a las almas en su viaje a su destino de descanso. que guía a las almas en su viaje a su destino del postrer descanso.
Hay en la imaginería del Día de los Muertos una pareja que produce escalofríos, catrín y catrina, dos figuras que representan a un marido y su esposa con aspecto espeluznante. Ambos, igual que las plañideras y los abigarrados árboles de la vida que representan el vínculo entre los humanos y la naturaleza, desempeñan un papel de relevancia en esta fiesta del más allá.
La respuesta al interrogante del titular, por si les quedaba alguna duda, no es otra que con mucho respeto.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Jackeline Cacho, entre las mujeres latinas más influyentes de EEUU: "No podemos huir de los problemas"

Pablo Gonz: ¿Triunfar en la literatura comercial? Es posible, si te olvidas de los escrúpulos.

Vacaciones con el Expediente-X en la maleta