Un arcángel contra el diablo en París

Fotos : Juan Girón Roger.
En esta encrucijada del Barrio Latino de París, el arcángel San Miguel hace morder el polvo a Satanás. La calle que sube a la izquierda está llena de establecimientos de libros de lance y de pequeñas tiendas de souvenirs. En el mayo francés de 1968, en este mismo boulevard Saint-Michel hubo barricadas y los CRS (Compagnies républicaines de sécurité o reserva de la Policía Nacional francesa) aporrearon, ducharon con manguera y cegaron con bombas de humo a cientos de estudiantes protestatarios; pero también recibieron pedradas y pedazos de adoquines callejeros de los mismos.
Si miramos la plaza de frente, detrás, a nuestra espalda y tirando a la izquierda se abre otra calle que nos lleva a las orillas del Sena, bordeadas de bouquinistes ( vendedores de libros antiguos y de ocasión) y, si desde esta orilla izquierda ( rive gauche) cruzamos a la derecha ( rive droite), nos avistaremos la catedral de Notre Dame, que soporta su lenta recuperación tras el voraz incendio de 2019 que por poco la convierte en cenizas.
Se dijo que las reformas del Barón Haussmann -que cumplía la misión encomendada por Napoleón III- se habían hecho para ensanchar las calles de forma que circulasen mejor las ideas, y también los regimientos de gendarmes y otras fuerzas del orden público. El escultor Davioud pensó poner en la fuente de la plaza de Saint-Michel una figura femenina simbolizando la paz. Más tarde, optó por una gigantesca efigie de Napoleón Bonaparte, pero las protestas de los detractores de Napoleón III lo convencieron de que era preferible una escultura alegórica de la victoria del bien sobre el mal, siendo el primero Louis-Napoleón Bonaparte y el segundo, la revolución de 1848, que provocó la abdicación del aterrado Louis-Philippe. Nueve escultores se pusieron en marcha para crear los elementos de esa fuente.
En 1871, una muchedumbre quiso causar desperfectos en los elementos del Segundo Imperio, tales como águilas imperiales, que decoraban la fuente. Un año antes, Napoleón III, roi des français ( el rey ya no de Francia, sino de los franceses), había sido hecho prisionero por los alemanes en el curso de la guerra franco-prusiana y acabó abdicando. La indignación ciudadana fue mayúscula y lo pagó la fuente de Saint Michel. Posteriormente, hubo que reparar la construcción, y no sólo una vez.
El Boulevard Saint-Michel cumplió su papel de ancha vía que dificulta los amotinamientos y las barricadas anarquistas y comunistas. Ese bulevar permitió que se aplastasen sin gran esfuerzo las barricadas de la Comuna de París (1871), del mayo francés (1968) y con anterioridad al mismo, había facilitado la labor a las fuerzas de ocupacion alemanas que podían llegar a su guarnición en los jardines de Luxemburgo, calle arriba, pasando ante la llamada "encrucijada de la muerte" -la fuente, cuyo diablo ahora parecía que se vengaba-, a veces con civiles franceses atados en la parte delantera de sus carros de combate mientras subían el bulevar.
La fuente rinde tributo a la memoria de los combatientes del quinto y sexto distritos de la ciudad que cayeron en combate."Del 19 al 25 de agosto, tras 50 meses de ocupación alemana, el pueblo de París, cuando se acercaban los ejércitos liberadores, se levantó contra la opresión", reza una plaza conmemorativa en la fuente.
Más vale tarde que nunca.
Y mirando más atrás todavía, cuentan las crónicas que, en la época romana, era uno de los caminos -animado por baños, el foro y un teatro- que llevaba al sur desde l´Ile de la Cité. Hoy, los estudiantes de la Sorbona y los turistas se dan cita ante la fuente de Saint-Michel, que diseñó en 1860 el citado arquitecto Gabriel Davioud, no lejos de la boca del metro, cuya entrada es una reliquia original del art-nouveau de Hector Guimard, quien había dejado boquiabiertos a sus compatriotas al crear en París el primer edificio de apartamentos en este estilo, el Castel Beranger, en 1899.
La fuente y su escultura fueron declarados monumentos históricos en 1929.

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