Sala Wagram de París: regreso a "La Belle Époque ".

Fotos: Juan Girón Roger
¿Se imaginan la desaparecida sala de fiestas madrileña Pasapoga (1942-2004), en los bajos del antiguo Cine Avenida de la Gran Vía, convertida en el un centro de convenciones al estilo de IFEMA? Lo cierto es que hoy es una tienda de moda, pero es probable que les cueste concebirla como un posible centro de convenciones. Sin embargo, los franceses han hecho algo parecido y han sabido dar una nueva vida al recinto de eventos más antiguo de Paris, la Sala Wagram, muy cerca del Arco del Triunfo.
Este emplazamiento histórico -con una decoración de pinturas murales y columnas que abraza desde el Directorio hasta la Restauración- ofrece hoy sus tres plantas a ejecutivos de multinacionales para congresos, seminarios y convenciones; a empresas de consumo para lanzar sus nuevos productos; a firmas de alta costura para presentar sus desfiles de moda; a compañías de todo tipo para realizar cursos de formación y un largo etcétera de servicios, todo en el marco de una arquitectura que ha cambiado poco desde el siglo XIX en que se inauguró la sala (1812) pasando a convertirse en un enclave inevitable de la vida parisina.
Fue escenario de los grandes bailes del Imperio, así como de los principales acontecimientos sociales de la capital francesa. El Ministerio de Cultura galo la ha designado monumento histórico.
Un vistazo a los carteles de época que adornan algunas de sus paredes nos transporta a aquellos años en que París presumía de ser la capital del mundo. Tiene un aforo de 300 a 1000 personas y por allí pasó "la crème de la crème" de la alta sociedad paririense, así como personalidades de fuste tales como, por citar solo a algunas, la cantante de Ópera Maria Callas; Marcel Cerdan ( el boxeador que se casó con Edith Piaf); Lino Ventura, el actor que encarnaba el papel de duro del cine francés; o Marlon Brando, que interpretó aquí algunas de las escenas de la polémica película de Bernardo Bertolucci,"El último tango en París."
Así pues, se trata de un espacio histórico recuperado que, además, ha sabido cómo autofinanciarse a través de su faceta comercial. El Grupo Châteauform' gestiona este lugar, como lo hace con otros 70 emplazamientos escogidos por su historia o carácter único en Francia, Italia, Alemania, Bélgica, Suiza, Holada y también España.

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