Sevilla, grandeza andaluza de color albero

Fotos:Juan Girón Roger.
Sevilla es una ciudad que sorprende por todo lo que tiene que ofrecer al visitante. Para empezar, cielos azules durante el día y noches de 19 grados en el mes de noviembre. Sevilla tuvo que ser, Con su lunita plateada... La antigua Híspalis rezuma por todos sus poros belleza, historia, tradición, serenidad, acogida, amabilidad, increíble gastronomía y tesoros artísticos capaces de dejar boquiabierto al crítico más exigente.
El Guadalquivir, el río grande de los árabes ( Uad al Qabir) durante Al Andalus, ofrece sosiego y refresca la ciudad en sus horas más tórridas.
La religiosidad y devoción de los sevillanos, probablemente reforzadas por una reacción consistente en abrazar con mayor intensidad sus raíces cristianas cuando los árabes fueron expulsados de la región, se refleja en el arte, en la arquitectura, en la forma que tienen de contemplar la vida. Eso no es óbice para que los sevillanos sean los primeros que se apuntan a una fiesta o a varias seguidas.
He tenido la suerte de pasar estos días pasados en esa ciudad y les ofrezco una muestra de su belleza, ya que no tuve tiempo de verlo todo.Y queda mucho por visitar y ver
la catedral de Sevilla alberga tesoros como la tumba monumental de Cristóbal Colón y la de su hijo Hernando. Retablos y altares, pilas bautismales renacentistas, patios idóneos para la meditación, el Tenebrarium del Oficio de Difuntos que dejó de practicarse tras el Concilio Vaticano II. Y la Giralda, construcción adyacente a la catedral, que al cabo de sus 35 niveles nos muestra la ciudad a vista de pájaro. Ojo con las campanas, ya que este campanario puede sonar mientras está usted allá arriba... yo lo he experimentado, por suerte, brevemente.
Sobre estas líneas, el Tenebrario o candelabro de las tinieblas se utilizó durante los últimos tres días de los oficios de Semana Santa hasta 1962, conmemoraba la muerte de Jesucristo y su estancia en el sepulcro. Sus velas se iban apagando poco a poco de cada lado del candelabro hasta que sólo quedaba encendida la vela superior.
Los restos mortales del almirante que condujo las naves que le habían proporcionado los Reyes Católicos al otro lado del mar y descubrió un nuevo continente para el Imperio español, así como los de su hijo Hernando, son puntos de atracción en la catedral hispalense. Sobrecogen el simbolismo de la obra y el estilo realista con que está esculpido el grupo de figuras que portan el féretro donde reposan los auténticos restos de Cristóbal Colón.
El Museo de Bellas Artes está plagado de obras portentosas de Murillo, de Zurbarán y muchos otros maestros. Devoción, pero también historia, como los recuerdos al poeta sevillano, Gustavo Adolfo Bécquer misterio y referencias al mundo oculto se exhiben en sus salas.
La cabeza del Bautista, en escultura de Núñez Delgado ( 1591). Se da la circunstancia de que la verdadera cabeza de San Juan Bautista se hallaría en la Mezquita de los Omeyas en Damasco (Siria), según me dijeron allí mismo en 1980. No tengo pruebas de que la reliquia estuviera allí. Otros hablan de Jordania como último reducto de la cabeza del apóstol que bautizó a Jesucristo.
Las ánimas del purgatorio, de Alonso cano ( 1636).
Cuento de brujas, de Jiménez Alpériz ( 1904).
La muerte del maestro, de Villegas Cordero ( 1910).
Retrato de Gustavo Adolfo Bécquer,poeta sevillano que fallecería en Madrid, por Domínguez Bécquer ( 1862).
Emboscada mora, de Fernando Tirado (1880), que me salta a los ojos como un claro precedente del híperrealismo.
San Ignacio exorcizando a un endemoniado, de Valdés Leal ( 1660-4)
Y de las obras expuestas en el museo, pasamos a un monumento a la hostelería de las cabezas coronadas y los clientes de sangre azul. El hotel Alfonso XIII, en cuya construcción se involucró el monarca que dio nombre al establecimiento, es hoy propiedad del ayuntamiento sevillano. Este hotel representa los fastos de un tiempo ya pasado y acoge a la nobleza que visita la ciudad, así como celebraciones corporativas.Ver el edificio y los salones y jardines, merece un desvío de su camino si está por la zona.
Me parece Sevilla una ciudad fascinante. Ya lo decía Lope de Vega en "Servir": «Para alabar a Sevilla, deja su Contratación y cuanto encierra, Girón, del Guadalquivir la orilla.»

Comentarios

Entradas populares de este blog

Jackeline Cacho, entre las mujeres latinas más influyentes de EEUU: "No podemos huir de los problemas"

Pablo Gonz: ¿Triunfar en la literatura comercial? Es posible, si te olvidas de los escrúpulos.

Vacaciones con el Expediente-X en la maleta