Sin una normativa internacional compartida, el turismo sostenible corre peligro.

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El sector del turismo es potente, ya que proporciona alimento a uno de cada diez trabajadores del mundo. Al mismo tiempo, el turismo también es frágil, ya que circunstancias como las pandemias, las guerras y otras crisis pueden reducir a migas la industria.
Otros factores, como el rodaje de películas, pueden ayudar a descubrir al mundo un lugar de interés (el desierto de Tabernas, en Almería, donde Sergio Leone dirigió a Clint Eastwood en los spaghetti westerns de los años 60) o hundir un destino turístico. Según un estudio de la UCLA de 2006, sólo la industria del cine y la televisión en Estados Unidos produjo 15 millones de toneladas de dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero que atrapa el calor y, por tanto, contribuye considerablemente al calentamiento global. El rodaje de "Mad Max: Fury Road" en las dunas del desierto del Namib ( en Namibia) produjo importantes daños en su ecosistema, por no hablar del rodaje de "Piratas del Caribe: Los hombres muertos no cuentan cuentos" ("Piratas del Caribe: La venganza de Salazar" en las pantallas de fuera de EE.UU.) , una película de aventuras de piratas que hizo que el popular personaje Jack Sparrow -y toda la máquina de hacer dinero que lleva detrás- se cubriera de dudosa gloria allá por 2017. Sucedió cuando se supo que los equipos de rodaje de esa película de espadachines habían de estado vertiendo residuos químicos tóxicos en Australia: sus técnicos y pintores estaban soltando en aguas de Queensland materiales peligrosos para el medio ambiente, como la pintura para la construcción y los efectos especiales, según informó la publicación In our Nature. Lo cierto es que la popular película de piratas logró una taquilla mundial de 795 millones de dólares, frente a un presupuesto de producción estimado en 230 millones. A escala internacional, batió todos los récords de taquilla de la franquicia, pero por supuesto no se contabilizaron las pérdidas medioambientales que produjo. La banca gana, el planeta pierde.
Por eso, el turismo necesita que toda la industria se una en una tarea común: es imprescindible conseguir un turismo sostenible. ¿Hablamos de ecoturismo, de turismo verde, de turismo responsable? Sí y no. Hablamos de todos ellos y también de otros elementos que serán esenciales para llegar a buen puerto.
El turismo es vital para la supervivencia y el crecimiento de muchos destinos turísticos en todo el mundo. Con unos márgenes increíblemente reducidos, el sector de los viajes hace lo que puede: las agencias de viajes, las empresas de transporte aéreo y terrestre y los hoteles optimizan su eficiencia para atender al viajero más exigente. Pero sus esfuerzos no salen de un pozo sin fondo, sino que necesitan que todo el ecosistema pedalee al mismo tiempo en la misma dirección y genere un viaje y un turismo sostenibles. De una vez por todas.
Pero, ¿es el turismo sostenible lo que necesitamos para salvar y preservar el sector y el destino del viajero?
"Yo prefiero hablar de Turismo Comunitario (CBT o Community-based Tourism)", dice la periodista estadounidense Sherry Sandor-Kelly, que lleva años escribiendo sobre sostenibilidad y turismo y es colaboradora habitual de la revista Forbes y del New York Times. "Este modelo aporta la ventaja de que los residentes locales del destino turístico acceden a la gestión de sus recursos culturales y naturales para impulsar la economía local y generar mayor valor para todos los implicados en el proceso. La creación de puestos de trabajo vinculados al turismo puede contribuir de forma decisiva al desarrollo, la estabilidad política y económica, así como a la reducción de la precariedad en muchos países. Pero necesitaremos datos cualitativos objetivos para determinar el grado de formación e integración de las personas en el sector turístico antes y después de la pandemia. Sólo entonces podremos tomar medidas correctoras y llegar a un buen resultado".
Eduardo Santander, Director Ejecutivo/CEO de la European Travel Commission (ETC), declaró a Travel Tomorrow que está convencido de que el turismo sostenible necesita el apoyo de las autoridades públicas. "El respaldo político y la financiación son fundamentales para ayudar a las microindustrias turísticas, a las PYME y a las empresas familiares a sobrevivir a este periodo de incertidumbre y a volver a ser más fuertes. Representan el 80% de la industria turística europea y no pueden quedarse atrás. ETC cree que pueden liderar el camino, asegurando que el futuro del turismo europeo sea más sostenible", dijo.
Las soluciones tecnológicas y la digitalización generalizada del sector turístico pueden ayudar a la industria a dar pasos de gigante hacia la sostenibilidad. "La deseada desestacionalización de algunos destinos contribuiría sin duda a la descongestión y, por tanto, a la sostenibilidad del entorno. Esto podría promoverse a través de una herramienta digital nacional común para los países emisores que clasificara su riqueza en función de sus intereses, tipos de turismo, opciones de movilidad interna, bono cultural nacional, entre otros", comenta Esther Montalvá Medina -del bufete Pérez & Montalvá-, abogada experta en Derecho Digital y Turístico, que aplica a este análisis su profunda visión transversal del sector.
Christian Delom, secretario general de A World for Travel, un think-tank cuyo objetivo es "la transformación de los viajes para preservar, global y localmente, al mismo tiempo y con el mismo fin, tanto a la humanidad como al planeta", se muestra convencido respecto a la necesidad de proteger el patrimonio tanto natural como cultural de los destinos. Destaca que "la idea del turismo sostenible es visitar los lugares sin perjudicar a la comunidad local ni a la naturaleza y, además, con un impacto constructivo en el medio ambiente, la sociedad y la economía del país. (...) En la actualidad, existe un consenso generalizado de que el crecimiento del turismo debe ser sostenible, aunque la cuestión de cómo conseguirlo es objeto de debate".
Pasar a un turismo sostenible aporta más beneficios que desventajas. En este sentido, Roi Ariel, del Global Sustainable Tourism Council, declaró a TTG Asia que "desde el punto de vista del consumidor, todavía es difícil encontrar un proveedor sostenible. Necesitamos que los hoteles y los operadores turísticos empiecen a hacer este cambio para ser más sostenibles, sobre todo porque ya se ha establecido el sistema adecuado. Ahora es mucho más fácil explicar los beneficios de hacer este cambio: ser más sostenible suele suponer un ahorro de costes, permite obtener mejores beneficios en el mercado y es lo más correcto".
Esto suena a música para nuestros oídos. Pero esperen un momento. ¿Y si todo esto es sólo un espejismo inalcanzable? ¿Será posible armonizar las legislaciones de todos los países implicados en el turismo para que las medidas conjuntas favorezcan un turismo sostenible, respetuoso con las comunidades locales y el medio ambiente en el que opera esta industria?
El momento es ahora”, afirma la abogada Esther Montalvá Medina. “En la propuesta final de conclusiones de la Cumbre del Clima de la semana pasada en Egipto, se marcaron claramente los compromisos en conservación de ecosistemas y la minimización de emisiones, pero la experiencia y múltiples tensiones derivadas de la aplicación del Protocolo de Kioto y el acuerdo de París (y de la falta de contundencia de Naciones Unidas en su exigencia), no me hacen ser optimista sobre la posibilidad de que, a nivel global, puedan alcanzarse unas directrices o normativas internacionales unificadas en materia de turismo sostenible imbricando medioambiente, comunidades humanas e intereses económicos contrapuestos”.
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Se puede decir más alto, pero no más claro. Las asociaciones público-privadas, los destinos turísticos, los viajeros y todo el mundo deben unir sus fuerzas. La sociedad ya no puede quedarse de brazos cruzados. Es demasiado lo que está en juego.
Fue la malograda Anita Roddick, la empresaria británica que introdujo "The Body Shop" en el Reino Unido, quien dijo: " Si crees que eres demasiado pequeño para lograr un efecto, prueba a irte a la cama con un mosquito en la habitación". Ahora es el momento de que todos nosotros seamos parte de ese zumbido.

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