El músico ruso que le dijo ¡Basta! a Putin

Imágenes: Juan Girón Roger.
Decidió no seguir la corrección de pensamiento en Rusia y dijo públicamente lo que pensaba. Esta noche dirigió en Madrid la Orquesta de RTVE el músico ruso Vassily Sinaisky, un caballero de la cultura mundial, célebre como director principal de la Orquesta del Teatro Bolshoi de Moscú -de la que dimitió de forma inesperada-, director principal de la Filarmónica de Moscú, director emerito de la Filarmónica de la BBC (con la que ha grabado la música para películas de Dmitri Shostakovich), director de la Orquesta Filarmónica Janacek Ostrava (República Checa) y director musical de la Orquesta Estatal Rusa.
Sinaisky hizo una declaración pública en febrero de 2022 en la que exigía que parasen el conflicto con Ucrania, porque la verdad no estaba del lado ruso y criticaba el mutismo de sus compatriotas compañeros de profesion ante la guerra. Cuatro meses después, el concierto que tenía contratado con la Filarmónica de la Academia de San Petersburgo se canceló por parte de la organización, según se dijo "debido a razones de salud" del artista.
Otros directores de orquesta rusos se abstuvieron de significarse negativamente ante el Kremlim. Fue el caso de Valery Gergiev, quien salvó la cara con Putin, pero perdió su puesto en la Filarmónica de Munich por no pronunciarse, algo que se tomó como un apoyo tácito a la guerra.
Sinaisky vive en Amsterdam. A sus 76 años, hace gala de una energía sorprendente en el podio. Dirige sin batuta y representa la gran tradición rusa que busca potenciar el "pathos" con un potente estilo de ímpetu arrollador.
Sinaisky dirige a la Orquesta de RTVE en la Marcha Húngara del compositor francés Hector Berlioz.
En los viejos tiempos, cuando ondeaba la bandera roja con la hoz y el martillo en la sufrida Rusia, si un músico se mostraba incómodo con el régimen, era habitual que el diario "Pravda" ("La Verdad", pero no la de Murcia) sacara un artículo acusándolo de formalismo para, acto seguido, hacerloi desaparecer de fotos oficiales en las que figuraba previamente y, a continuación, trasladar su residencia a algún Gulag que lo reeducase. Hoy las cosas han cambiado, aunque lo cierto es que ninguno de los disidentes está libre de tener un mal encuentro con el polonio 210.
Vasily Sinaisky ha mirado de frente al aparato del sistema ruso. Y no ha pestañeado. ¡Bravo, Maestro!

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