¿Puede uno volver a aprender a vivir? Algunos lo están consiguiendo.
La imprudencia al volante. También la mala suerte por toparse con alguien que no ha pensado en las consecuencias de sus actos.Todo ello puede llevar a muertes o a la paralización de por vida, paraplegias, tetraplegias y otro tipo de consecuencias sobre la vida de los supervivientes y de sus familias y allegados.
El gran fotógrafo Miguel Garrote - que había cubierto la guerra de Vietnam para "Pueblo" y no se acostumbraba a presenciar el sufrimiento humano- y yo nos fuimos al centro para paraplégicos de Toledo. Nuestra misión era comprobar de primera mano los estragos de una conducción poco o nada cuidadosa. Confirmamos lo que ya sabíamos: que si sobrevives, la factura que te pasan tus actos tienes que pagarla durante toda tu vida. Que lo que haces tú afecta irremisibleente a quienes te rodean. Y también, que la esperanza es lo último que se pierde.
Les dejo el reportaje publicado en la revista de seguridad vial " Tráfico".
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