Los experimentos, ¿con gaseosa o con sales de plata?

Uno se los imagina con bata blanca y rodeados de matraces y tubos de ensayo, encerrados en su sancta sanctórum, un cuarto oscuro en el que tan solo lucía una bombilla de luz roja que se abría paso a través de las tinieblas. Llevaron a cabo osados experimentos en el campo de las artes visuales, pero ¿valdría aquí aquello de “los experimentos, con gaseosa”? Quizá sí, pero sólo si añadimos algo de sales de plata. Igual esa fórmula llevaría a sus usuarios a dar con algo revolucionario y exclamar¡Eureka!
La exposición #CaixaForumVisionesExpandidas, de la Fundación La Caixa, con fondos de la colección fotográfica del Centro Pompidou (Museo Nacional de Arte Moderno) de París -que alberga más de 60.000 negativos y por encima de 40.000 copias-, nos propone un recorrido por la experimentación fotográfica y los hallazgos logrados por un puñado de fotógrafos y estudiosos de la imagen. Para ello, utilizaron técnicas como la cámara estenopeica -que, basada en la cámara oscura, proyecta una imagen sobre una superficie plana-; el Dye-transfer; la exposición múltiple; la fotografía infrarroja; el fotograma; el fotomontaje y el foto collage; el Light drawing; el multiflash; el negativo y el positivo -el positivado de una película tiene por objeto restablecer los valores originales de la imagen-; la Polaroid -permite el revelado automático de una copia única, en principio en blanco y negro y después en color gracias a la cámara Polaroid-; el quimigrama; la radiografía o la solarización.
Desde 1880, las cámaras fotográficas más ligeras y las emulsiones de mayor sensibilidad jalonaron el camino de los vanguardistas que estudiaban las posibilidades que brindaba el movimiento. Tras la Segunda Guerra mundial creció el interés por este campo y ya en los años 50 y 60 del pasado siglo, la ciencia y los nuevos descubrimientos convirtieron a la fotografía en la materia prima del caldero del que se nutrían estos nuevos aprendices de brujo.
Movimiento, luz, cromatismo, todo se combinaba para conseguir el novedoso efecto deseado. Fue el teórico Laszlo Moholy-Nagy quien vio en la fotografía un nuevo alfabeto revolucionario que tenía la virtud de adaptarse a un entorno en constante cambio. Así, gracias al contacto de un objeto con el papel fotosensible, se conseguía un fotograma, una foto sin cámara. Dadaístas y surrealistas vieron en esto un tipo de foto automática -en cierto modo, precursora del automatismo de las fotos realizadas con una cámara Polaroid, que no precisaban de prolongados revelados- y más tarde, encontrarían en las imágenes del negativo el perfecto símbolo de los valores invertidos. De esta forma, la fotografía sirvió a dadaístas, constructivistas y surrealistas para representar sus respectivas visiones de la realidad que los rodeaba mediante fotomontajes, collages, fotogramas, imágenes pictóricas y escultóricas y hasta secuencias en movimiento como las del cinematógrafo.
Comparto con ustedes algunas de estas fotografías para que vean que la cámara puede captar mucho más que lo que posa inmóvil ante su objetivo. Y si no se consigue recrear lo que se busca, pues se la ayuda.
Para abrir boca, comencemos por “Negativos asesinados, según Walther Evans”, foto cromogénica obra de Lisa Oppenheim (Nueva York, 1975). El trasfondo de esta imagen nos lleva hasta el director de la Administración de Seguridad en Granjas de EEUU -una agencia creada en 1937 para luchar contra la pobreza rural durante la Gran Depresión- quien tenía por costumbre perforar los negativos de las fotos que le pasaban para indicar que no eran de su agrado y que no debían sacarse copias en papel. Lisa Oppenheim accedió a esos negativos en la Biblioteca del Congreso de EEUU y los usó para crear imágenes que reflexionan sobre el sentido de lo lleno y lo hueco y se encuadran en el movimiento que había iniciado Sherrie Levine, el “apropiacionismo”, al tiempo que dotaba de una nueva vida a fotos desechadas que nunca jamás habrían vuelto a ser contempladas por la mirada humana.
Rayos equis fuertes”. Foto a las sales de plata de Herbert W. Franke (Austria, 1927).
El fantasma de la fotografía (Marlene)”. Foto a las sales de plata de Hergo (alias de Henri Godineau). Tengo curiosidad por saber qué habrá dicho la modelo Marlene al ver el resultado de la sesión fotográfica.
Luisa Casati”, una foto en positivo a las salas de plata sobre placa de vidrio que realizó en 1922 el célebre Man Ray (alias de Emmanuel Radnitzky, nacido en EEUU en 1890 y fallecido en Francia en 1976).
También de Man Ray es este collage de dos fotos a las sales de plata , realizado en 1934, con el título de “A la hora del observatorio, los enamorados”.
Comba multiflash en movimiento”, una foto a las sales de plata ( gelatin silver print, en inglés) de Harold Eugene Edgerton ( EEUU, 1903-1990).
Palmeral de Marrakech”, foto a las sales de plata realizada en 1935 por Pierre Boucher (Francia, 1908-2000).
Proyecto de un cartel para la película “Vampyr” del realizador cinematográfico danés Carl Theodor Dreyer (1932) en una foto a las sales de plata retocada con aguada, obra de Raymond Gid (París, 1905-2000).
El peinado”, foto a las sales de plata de Theo Bla realizada entre 1930 y 1944. Aquí la modelo da la sensación de que iba al mismo peluquero que la actriz Elsa Lanchester, en su papel de “Novia de Frankenstein”.
Chicago”, una foto a las sales de plata tomada en 1974 por Pol Barry (Bélgica, 1922-Francia, 2005) que muestra cómo desestructuraba la torre Sears. Barry fue ilustrador de la revista surrealista belga “L’invention collective” (1940) de René Magritte y Raoul Ubac, y desde 1964, realizó diversas perturbaciones visuales de fotografías preexistentes a las que llamó “cinetizaciones”.
Vestido de los jefes indios Appiacas” -del Amazonas brasileño- fue tomada por Gherasim Luca (Rumanía, 1913-Francia, 1994).
Ejemplo de fotografía cromogénica del cairota Samir Makarius ( Egipto, 1924-Argentina, 2009) titulado “Proyectogramas” ( 1955-81).
Noche 8 III”, foto cromogénica en cibachrome, obra de Thomas Ruff (RFA, 1958).
Tierra adentro, puesto de control (desconocido y Palestina)”, fotos cromogénicas, con barniz acrílico y lejía de Curtis Mann ( Dayton, 1979).
Mujer, masturbándose en la luna” (1982), foto a las sales de plata en un montaje desconcertante que expone la anatomía humana bajo una óptica diferente, es obra de Joel-Peter Witkin ( Nueva York, 1939).
Hay otras muchas creaciones que destacan como el collage sin título, montado entre 1931 y 1934, obra de André Breton y Paul Elouard ( alias de Eugene Grindal) y Suzanne Muzard o “La caída de los cuerpos”, foto a las sales de plata realizada en 1936, por el ya mencionado Pierre Boucher.
. También, “Nuestras Señoras de París”, foto a las sales de plata sobreimpresión, realizada en 1939 por Raoul Haussmann, igual que “Composición surrealista” (1938), una foto a las sales de plata en fotomontaje debida a la imaginación de la rumana Hedda Sterne (alias de Hedwig Lindenberg) o “Árbol que camina”, foto a las sales de plata (solarización, sobreimpresión) llevada a cabo en 1949 por Maurice Tabard (Francia, 1897-1984).
. La sensualidad de la mujer está muy presente en varias de estas creaciones de contenido muy explícito.

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