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Carta de auxilio de un espía portugués

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Aquel hombre estaba desesperado. Al otro lado de las rejas del locutorio del centro penitenciario de Alcalá de Henares, Pedro Damião Palmeira estaba jugando su última baza. Si daba resultado, quizá podría salvar el cuello. De lo contrario, el porvenir se le presentaba negro. A Sor Mariana Alcoforado se le atribuyeron en el siglo XVII las célebres “ Cartas de amor de una monja portuguesa ”. Palmeira constituía un reflejo dramático, ya adentrados en 1980, de aquellas misivas: su iniciativa era más bien “ carta de auxilio de un espía portugués ”. Y es que Pedro Damião Palmeira había sido miembro de la Policía Internacional y de Defensa del Estado , la efectiva PIDE lusitana que sirvió para que Oliveira Salazar (al frente de la dictadura portuguesa desde 1932 hasta 1968) eliminase cualquier atisbo de disidencia interna. La PIDE hizo bueno aquel dicho de que “ las paredes oye n”, se infiltró con éxito en los movimientos independentistas de Angola y Mozambique, y sobre todo, en el Pa

Cuando la mirada de Jano hacía brillar tebeos y carteles de cine

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Decían que a veces sus carteles eran mejores que las películas que éstos evocaban. Así era Jano : ilustrador, dibujante, cartelista, caricaturista y un sagaz observador del tiempo que le tocó vivir. Recogió buen número de escenas castizas en sus dibujos y, en paralelo, supo crear un universo que acercaba los éxitos del Séptimo Arte al espectador español. Además, a él se debe gran número de las portadas de tebeos y revistas gráficas tales como “ Rip Kirby ”, “ Mandrake, el mago ”, “ Flash Gordon ”, “ El príncipe valiente ”, o novelas populares como “ El Coyote ”, de José Mallorquí , que fueron alimento cotidiano del ocio para generaciones de nuestros compatriotas. Una interesante muestra de su obra puede verse estos días en la Biblioteca Regional de Madrid, dentro del complejo El Águila: “ Medio siglo de carteles e ilustración ”. Alma de la imaginería inmediata de los estrenos cinematográficos que llegaban a nuestro país, Jano había empezado como cartelista e

Hacia la Ciudad Lenta y con la casa a cuestas.

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¿Es posible viajar con la casa a cuestas? Eso parece. Sobre todo, si hablamos de una “ casa cápsula ”. Hasta ahora, alguna gente que salía de vacaciones llevaba una tienda de campaña desmontable. Otros arrastraban un remolque con su casa de veraneo o conducían su autocaravana. Los más exigentes, sin embargo, se desplazaban con un “ mobilhome ” o vehículo vivienda que tiene cabida y acomodo en amplias zonas de las redes de campings europeos. Pero no se confíen: con las innovadoras viviendas plegables que nos llegan de Extremo Oriente, estos conceptos pueden volverse reliquias del pasado. Y no sólo para las vacaciones, sino incluso para nuestra residencia habitual. Y es que las casas móviles plegables “ made in China ” se pueden llevar bajo el brazo, permiten montarlas por segmentos sin gran complicación, y crear un hábitat inesperado como por arte de magia: en lugar de un conejo extraído de la chistera, nos encontramos con una exigua vivienda con prácticamente todas las comodidade